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El coronavirus, continente por continente: la reacción de la sociedad


CLG dialogó con personas en 12 países del mundo para conocer cómo se vive el avance del covid-19. En esta primera parte, cuentan cómo respondió la ciudadanía ante la pandemia

Por Ariana Operti y Gonzalo Santamaría

El mundo globalizado se cierra. Las calles ya no están colmadas del frenesí diario, van quedando vacías. Los gobiernos, día a día anuncian nuevas medidas para hacer frente a la pandemia del coronavirus mientras los profesionales de la salud, paradójicamente, ponen su vida para tratar a los enfermos. El virus no distingue de profesión, país de origen, cultura ni idioma. Y por ello, es que en cada latitud y meridiano del planeta, se padecen los coletazos del mismo, que tuvo su origen en Wuhan (China) apenas unos meses atrás. Ese es el caso de 14 personas que, mientras cumplen con el aislamiento social, para algunos obligatorio y para otros, voluntario; describieron a CLG qué cambió a partir de la alerta mundial.

Desde sus residencias, y en primera persona, relataron el avance de esta nueva pandemia que sufre el mundo y todos coincidieron en un mismo punto: la prevención es esencial para detener la propagación del virus y evitar que los sistemas de salud colapsen.

CLG te trae una serie de notas para conocer de cerca cómo se vive el progreso del covid-19 en cada continente. En esta primera parte, los entrevistados contaron cómo la sociedad reaccionó ante el nuevo coronavirus y los esfuerzos de los gobiernos por contenerlo. A pesar de la distancia, Alemania, Australia, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, India, Irlanda, Italia, Líbano, Rusia y Sudáfrica se unen en similitudes y se alejan en diferencias, siempre con el coronavirus de por medio.

Los principales lineamientos a nivel mundial para lograr ello dan cuenta del evitar salir de las casas, tomando los recaudos necesarios para no tener contacto social si se lo hace. A su vez, el desalentar la aglomeración de la población y promover hábitos de higiene. En la mayoría de los países, las medidas se fueron tomando de manera paulatina y, al día de hoy, en muchos, ya es obligatorio cumplir con la cuarentena, por ejemplo.

Las horas de aislamiento

«Entiendo que si bien para mi podría no ser mortal, mi falta de cautela podría ser dañina para otra persona«, expresó Emiliano Espinosa, que reside en Moscú hace 5 años, y el mensaje va en consonancia con lo que dice el mundo: «Te cuidás vos, nos cuidamos todos«. En Rusia, aún no han dictado el aislamiento obligatorio, pero si el cierre de bares, cines y clubes nocturnos, además de suspender un plebiscito de reforma constitucional. Es uno de los países que ante la alerta, actuó rápido y no registra números oficiales escalofriantes como los del resto de Europa o Asia, apenas supera los 1.500 casos. «Soy positivo y creo que dentro de los próximo meses, se podría llegar a solucionar todo«, ultimó.

-Las calles de Moscú brillan por la ausencia de la gente-

Muy cerca del país euroasiático, dos contrastes. El de Alemania con más de 58.000 infectados y Dinamarca, con un número muy menor, que apenas pasa los 2.200. En el primero vive Valentina Tognoli, que si bien no se siente preocupada ya que el país germano tiene uno de los índices de mortalidad más bajo con respecto al covid-19 a pesar de ser el cuarto con más infectados en el mundo, reconoce que «no se puede solucionar rápido»: «Esto va a llevar tiempo y vamos a tener que cultivar la paciencia todos, no queda otra«. En la otra vereda, Luisina Mattana, residiendo en Copenhague desde hace un año, quién admitió «subestimar» el virus, pero que con el correr de los días entendió la complejidad del mismo. Tenía ese pensamiento egoísta de la mayoría que dice que «es un virus que sólo mata a los ‘viejos‘, como si la vida de ellos valiera menos que la mía«, manifestó y sin dudarlo replicó: «Confío en que si hacemos las cosas como se nos pide y actuamos desde la empatía la situación se va a controlar».

Sin embargo, la rosarina de 28 años describió que los mismos ciudadanos daneses han salido a las calles cuando el sol se hizo presente: “Yo fui al súper y me sorprendió la cantidad de gente que había”.

-En Dinamarca, los supermercados marcan la distancia entre personas con calcomanías en el suelo-

En Irlanda, las calles no se ven muy distintas. Luciana Paglietta, desde Dublín, explicó que hay personas que cumplen los pedidos del gobierno de no salir, pero que se sigue observando a muchas que sí lo hacen, e incluso para ejercitarse. Situación que, espera, se revertirá del 25 de marzo en adelante, ya que se decretó el cierre de los comercios que no se consideran esenciales y los sanatorios privados estarán a disposición de la salud pública. El país de las Islas Británicas contabiliza 2.400 casos. La preocupación mayor, igualmente pasa por otro lado: “Hay una cuestión social y laboral sobre la cual no se sabe qué va a pasar. Estamos en un momento en que no se puede buscar trabajo y muchos se está quedando sin”.

“Acá la sociedad comenzó a alarmarse -señaló Lucía Senra, en Granada- al ver la cantidad de infectados”. Ella llegó en febrero a España, un mes antes de que el coronavirus copara los hospitales europeos. “Al principio, lo tomaban a la ligera siguiendo solo algunas precauciones básicas”, afirmó la joven de 23 años, pero vio que, con el paso de los días, la gente acató más estrictamente las medidas y recomendaciones de la administración del presidente Pedro Sánchez: “En este momento casi no hay nadie en las calles”. El país de Europa tiene alrededor de 79.000 infectados y superó en fallecidos a China, donde se inició la pandemia, hoy contabiliza más de 5.000, mientras que el asiático apenas pasa los 3.200.

Al noreste de España, en Granollers, Agustín Di Cristofaro un rosarino de 58 años que coincidió con las palabras de Lucía y agregó: “Las noticias que llegaban de China no despertaban una real conciencia”.

-Las calles donde vive Agustín en Granollers desinfectadas por el gobierno local-

En sus palabras ante CLG, el hombre no perdió el tiempo y dejó un mensaje para sus compatriotas: “Uno cuando habla con argentinos les dice que tomen esto con seriedad y tiempo, porque todavía lo están. La gente tiene que tomar conciencia para así mantener los índices bajos que tienen ahora. No es algo pasajero. Por favor tomen conciencia y que sea sin discusiones banales”.

Italia, hoy segundo foco con más infectados con más de 92.400 y con la más alta tasa de mortalidad del mundo, tomó el virus de manera «tranquila», expresó Ezequiel De Lorenzi mientras pasa sus días en Roma junto a su esposo Simone, «no sabíamos que era, ni el alcance de gravedad que tenía».

Al principio, contó el rosarino de 25 años, había mucha desinformación y falta de hábitos relacionados a combatir una pandemia. La primera conferencia del primer ministro Giuseppe Conte alertó a la gente y ahí comenzaron los estrictos cuidados. «El 85% de la población anda con guantes y/o barbijos«, relató.

Más al norte, con 52 años y 30 viviendo en Rovereto, Carina Petracci, que coincidió con Ezequiel y expuso la «sorpresa» con la que se encontró la sociedad y el gobierno: «Tomaron el tema bastante tarde, o sea cuando ya se veía que esto era grave«.

«Esto no tiene una solución rápida, es muy contagioso y hay muchos infectados como para poder frenarlo en poco tiempo», dijo la mujer que reside en la provincia de Trentino, que suma más de 1.500 infectados, muy lejos de los 39.000 que hay en su vecina provincia de Lombardía.

Fuera del segundo foco

«Seguimos teniendo problemas de gente que no entiende que no se puede circular en las calles»
Alberto Fernández – 19 de marzo de 2020

El avance de la enfermedad, a pasos agigantados en gran parte del mundo, y la desobediencia de la sociedad al pedido de “quédense en sus casas y eviten el contacto social”, llevaron a que los países tuvieran que endurecer las medidas día a día. Así se llegó, en la mayoría de ellos, a instaurarse la cuarentena obligatoria.

Una decisión difícil de tomar. Difícil tal vez de cumplir. Pero no imposible, y menos teniendo en cuenta lo que se pone en juego. Sin embargo, costó (y sigue costando) que todas las personas tomen conciencia de ello. Y esto que en Argentina fue notable los primeros días, no ocurrió solo aquí: “Pese a la recomendación que circula las redes sociales, todavía se escucha ruido afuera”, indicó el colombiano Daniel Florez Ospina desde Sabaneta, un municipio a 14 kilómetros de Medellín, donde recién desde el pasado martes es obligatorio el cumplimiento del aislamiento social. En Colombia el virus alcanzó a más de 600 personas y el pasado martes se instauró la obligatoriedad del aislamiento.

-Colombia aplicó el aislamiento obligatorio este martes-

Algo similar ocurre del otro lado del mundo, en India, donde Fabiana Dimase, durante su estadía laboral para Asiana Consulting, opinó que le pareció una “paradoja ver cómo en Bombay, muchísima gente que trabajaba en el centro financiero comenzaba a hacer home office y que, a tres cuadras de los grandes edificios, había un mercado en el cual no se respetaba la distancia mínima segura y con animales sueltos”. Ya son casi 1000 casos indios, país en el cual se disparó el número en las últimas 72 horas.

Australia vivía una situación “privilegiada” en comparación a otros países, pese estar en una zona cercana al epicentro de la pandemia y con muchos ciudadanos asiáticos en sus tierras. Así lo detalló Valentina Santoro en Sidney, no obstante remarcó que en un principio, antes que los casos se dispararan el pasado en la última semana, los negocios continuaban abiertos “aunque vacíos” y que el sector más afectado era el “turismo”. Recién desde el domingo, se dispuso el cierre de locales, pero no así de colegios o guarderías.

Acá sólo hay una multa para quienes regresan del exterior y no cumplen la cuarentena”, reveló Santoro. Con más de 3.900 casos, Australia, muy cercana al epicentro inicial, no sufrió el impacto como otros países donde los chinos suelen frecuentar, ya sea de vacaciones o por estudios.

En el centro del mapa, Sudáfrica. Allí el coronavirus alcanzó a poco más de los 1.150 personas. Sin embargo, en Johannesburgo, Sandra Cortabarría describió: «Acá estamos preocupados porque hay gente que no está respetando y otros que sí. Hay fanáticos de los controles y los que no». En tan sólo 72 horas, se triplicaron los casos. «Me preocupa muchísimo, tengo 60 años, tengo presión alta y es difícil tomar los recaudos todo el tiempo, y por eso todo lo que son normas razonables las acatamos», aseguró.

Acá las opiniones están un poco divididas -narró Carolina Fernández desde California, Estados Unidos– están los que te dicen que todo es un circo para aprovechar y vender, y los que se compraron decenas de paquetes de papel higiénico y se bañan en alcohol en gel”. De todas formas, los yankees es el tercer país con más casos confirmados en el mundo, algo más de 123.000 en todo el territorio.

A 10.000 kilómetros de Washington, Medio Oriente. En Líbano rápidamente cuando el brote se visibilizó, el Estado decretó el cierre bares, negocios, escuelas. Sin embargo, la rosarina Leonela Morro Bazzana, con un año y medio viviendo allí, especificó: “En Beirut hay gente que está paseando y no respeta esto que se dictó”. Son más de 400 infectados en tierras libanesas, todos atendidos en la capital, pero por su cercanía a Irán,

-En Beirut no transita nadie-

Quedate en casa

Sin vacuna ni una cura específica contra el covid-19 todavía, los gobiernos basan las medidas que aplican en los resultados que otras naciones obtuvieron, y en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La principal y fundamental, que ha sido positiva en el epicentro del brote en China, es el aislamiento social por, al menos, 14 días, que es el período de incubación del mismo. Es decir, el tiempo que transcurre entre que una persona se infecta y aparecen los síntomas de la enfermedad.

Por eso, es esencial cumplir con los pedidos gubernamentales de aislamiento y recomendaciones sanitarias, para evitar que siga expandiéndose el virus. El alcance mundial da cuenta la gravedad de la situación, caótica en China, Italia o España y transitando las fases menores en otros territorios, como Argentina, y que, por ahora, sólo se combate haciendo caso a una simple frase: “QUEDATE EN CASA”.

*Todos los datos de este informe fueron relevados de la empresa de estadísticas World O Meters