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Puerto Deseado: el detenido había estado preso por intentar matar a su sobrino


Omar Alvarado fue reconocido por la turista atacada. Trascendió que había querido asesinar al hijo de su hermana a piedrazos

El detenido por el crimen de un niño de cuatro años y violación de su mamá, un aberrante hecho ocurrido en Puerto Deseado hace pocos días, ya había estado preso por intentar asesinar a piedrazos a su sobrino. “No voy a ir a la cárcel de nuevo”, repetía el sospechoso, de acuerdo a las declaraciones de María Mercedes Subelza, la mujer que debió fingir su muerte mientras estaba siendo violada para poder salvar su vida.

De acuerdo a lo que publica La Opinión Austral, fue la propia hermana de Alvarado quien lo puso tras las rejas la primera vez al denunciar que había tratado de matar a su hijo, menor de edad, a piedrazos.

Se pudo establecer que el acusado, reconocido por la víctima hace pocas horas y quien tiene además varias causas por robos y hurtos, sufre de esquizofrenia. Así lo admitió el juez del caso, Oldemar Villa, quien advirtió que la afección psiquiatra no lo convierte en «inimputable».

«Pudo haber tenido un brote o no en el momento del ataque, pero eso será material de investigación», expresó el juez acerca del detenido, quien fue identificado por la víctima en una rueda de reconocimiento y tuvo que ser trasladado a una comisaría de Caleta Olivia para evitar que lo linchen mientras los vecinos volvían a marchar pidiendo justicia y la renuncia del juez.

En otro orden, un adolescente de 16 años confesó haber participado en la violación y el crimen y aportó datos que permitieron hallar el teléfono celular que le habían robado a la víctima, tras lo cual quedó imputado en el hecho y será sometido a una rueda de reconocimiento. Se trata del mismo adolescente que ya había sido demorado horas después del hecho y luego liberado por el juez de la causa, Oldemar Villa, quien en las últimas horas pidió declarar tras ser asesorado por un defensor de Menores y confesó haber participado en el hecho, aunque afirmó que fue «obligado» por el otro joven de 24 años, detenido en el marco de la investigación.

Tras su declaración, el juez ordenó una inspección en una escollera ubicada a unos 2 kilómetros de Playa Cavendish, donde el jueves fue violada la mujer y asesinado su hijo, donde personal de la Policía de Santa Cruz encontró el teléfono celular de la víctima.

Según las fuentes, el teléfono se hallaba escondido entre las rocas y había sido dejado allí por el adolescente.