Desde la continuación de su Campaña Solidaria Permanente hasta ser aceptado dentro del Pacto Mundial de la ONU, así fue el 2020 para el sindicato
El 2020 ha sido particular. Fue un año más difícil de lo que se esperaba. En este marco de complejidad, el Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario trabajó constantemente para poder estar con aquellos que más lo necesitaban. El gremio se involucró en causas de interés como el derecho al agua, el cuidado del medioambiente y la erradicación de la violencia de género, entre otras numerosas acciones en beneficio de la sociedad. También en este año fue aceptado dentro del Pacto Mundial de la ONU, la iniciativa de responsabilidad corporativa más grande del planeta. Cabe destacar, por otra parte, que el sindicato fue reconocido por instituciones públicas y privadas por su permanente apoyo y ayuda social que realiza.
Como parte de la Campaña Solidaria Permanente que el gremio lleva adelante desde hace ya tiempo, durante este año han colaborado con varias entidades. Se entregaron alimentos a comedores que estaban pasando mucha necesidad debido a la pandemia. También la Asociación Civil Alas para Crecer, en Tablada, recibió donaciones para festejar el Día de la Niñez y hubo una jornada de colaboración a la Comunidad Qom de la zona oeste de la ciudad.
«Fue un año realmente muy difícil para todos los argentinos y el mundo en general. A pesar de todo, hemos podido llevar adelante diferentes acciones, fundamentalmente tratando de cuidar la vida de nuestra comunidad, de nuestros compañeros y compañeras trabajadores», aseguró Alberto Botto, secretario general de Luz y Fuerza Rosario, a CLG.
A lo largo del 2020, el sindicato se encargó de estar presente y acompañar a sus jubilados. En primera instancia se realizó una campaña de vacunación contra la gripe, para protegerlos en medio de una situación sanitaria compleja. A su vez, a través de la Secretaría de Organización, se hizo entrega de presentes a cada jubilado en un gesto de reconocimiento.
Alberto Botto dijo en ese sentido: «No olvidamos a nuestros jubilados y no están solos». Durante esas entregas, también se realizó un reempadronamiento para poder hacer una segunda Campaña de Vacunación cuando se llegue la vacuna contra el Covid-19.
Por otra parte, en julio de este año Luz y Fuerza fue aceptado dentro del Pacto Mundial de la ONU, la iniciativa de responsabilidad corporativa más grande del planeta. Se trata de un acuerdo que busca promover una economía global sostenible e inclusiva, basada en 10 principios universales enmarcados en las áreas de Derechos Humanos, Derechos Laborales, Transparencia y Anticorrupción y Medio Ambiente.
En esa misma línea, también adhirió al convenio de Cultura Ambiental firmado en febrero entre el Ministerio de Cultura de Santa Fe y la Cátedra del Agua de la UNR, el cual gira en torno a la visibilización cultural del Derecho de Jarras y las buenas prácticas culturales urbanas.
En relación al medioambiente y considerando las quemas de los humedales que llegaron a un punto sin precedente este invierno, Botto señaló que «se necesita de forma urgente que se sancione una ley que proteja todo el ecosistema de la zona, particularmente los humedales, que han sufrido incendios devastadores». Además, alertó que «este verano vamos a notar las consecuencias ya que al no tener todo ese verde el calor será mayor».
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de las violencias contra las mujeres, el 25 de noviembre, Luz y Fuerza reafirmó su compromiso para erradicar “todo tipo de violencia contra las mujeres dentro de los ámbitos laborales como en cualquier espacio”.
El gremio también mantuvo su compromiso en defender los derechos de los trabajadores. En el marco de la pandemia, el secretario general de Luz y Fuerza reiteró su postura en contra del teletrabajo de forma masiva, considerando que no sirve y que «rompe vínculos esenciales que tienen que tener las trabajadoras y los trabajadores en su trabajo presencial». «El trabajo presencial es el santuario del trabajador», declaró.
«No estoy en contra de la tecnología, en el detalle sirve. Puede llegar a solucionar algunos temas puntuales, pero no sirve en la masividad. Necesitamos estar interrelacionados. Nosotros estamos rompiendo de a poco la virtualidad, respetando los protocolos, haciendo reuniones que antes eran virtuales, presenciales en lugares abiertos, con distanciamiento y cambia absolutamente todo. Las compañeras y los compañeros están agradecidos de ver al dirigente, de poder charlar, analizar las problemáticas laborales, institucionales, cambia totalmente. Siempre dije que al teletrabajo antes que legislarlo, hay que resistirlo. Después se necesita una norma para ponerle reglas claras, pero desde el aislamiento se hace muy difícil respetar los derechos y que no haya precarización laboral», ahondó.
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