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Un jardín de barrio Acindar con 22 años de antigüedad vende una rifa para contrarrestar la crisis


La pandemia obligó a cerrar las puertas de La Ardilla Renata, y sin fecha de reapertura, se la rebuscan para sostenerse frente a la pandemia. Sortearán una camiseta de Newell's

Por Gonzalo Santamaría

Desde que comenzó la cuarentena producto de la pandemia, la economía de la Argentina y sus sectores se vieron afectadas. La tarea de sobrevivir a los embates del coronavirus aparecen día a día en aquellos rubros que mermaron su actividad, como los jardines de infantes o maternales. Estos, golpeados, tuvieron un apoyo provincial, pero la situación, cada vez más extensa, sigue preocupando. En este marco, maestras jardineras buscan sortear la crisis con actividades alejadas de las aulas.

Fue así como el jardín La Ardilla Renata propuso distintas actividades como la venta de fideos, pastelitos o bombones, para con lo recaudado cubrir las necesidades más importantes como el pago de monotributo y los impuestos inmobiliarios y del Drei; ya que el cobro de cuotas se desvaneció ante la falta de actividad. “Sin embargo no llegamos a cubrir el alquiler y ni que hablar de los sueldos”, graficó Silvana Battaglia, dueña del establecimiento, en diálogo con CLG.

Es este orden, el padre de un alumno y la madre de dos ex alumnos del jardín de barrio Acindar entregaron una camiseta de Newell’s para que sorteen entre la comunidad educativa de la institución, que lleva 22 años educando en la zona sudoeste. Ellos son parte de la Peña de Docentes Leprosa y pudieron mantener contacto con los directivos rojinegros para conseguir este premio. “Fue una sorpresa, un regalo del cielo”, describió Battaglia.

Para participar del sorteo, que se realizará “los primeros días de agosto”, se debe mantener contacto con Silvana o las maestras de la institución para comprar un bono de 200 pesos.

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El pequeño jardín del distrito sudoeste de Rosario tenía inscriptos 46 alumnos entre los dos turnos, pero con la llegada de la pandemia y como parte del protocolo de prevención ante el coronavirus, debieron cerrar sus puertas y realizar sus actividades vía WhatsApp.

Nosotros estamos mandando actividades a través de Whatsapp todos los días, buscamos que sean novedosas para que se puedan hacer en la casa con materiales que tengan a mano”, contó Silvana que sumó que esa conexión vía virtual también se vio perjudicada por el poco tiempo donde los alumnos pasaron en clases: “Sólo tuvimos tres semanas con los chicos, estábamos en periodo de integración y el vínculo estrecho que se genera con las familias no se creó”.

Además, el rol docente juega su papel y “ellas están exprimiendo su creatividad para mantener el contacto básico con los alumnos”, describió Battaglia.

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La mujer reconoció que el 2019 fue “malo”, pero “sobrevivimos” y que este 2020 “sin la cuota es imposible”. El subsidio del gobierno de Santa Fe varía entre los 10 mil y 50 mil pesos dependiendo el jardín y fue una pelea ganada por los insistentes reclamos de las maestras jardineras, aunque aún quedaron esperan que se les habilite la exención impositiva ya que pelean por ser reconocidos como instituciones educativas y no como negocios comerciales, que es el definición que le cabe en la actualidad.

La vuelta a las aulas todavía está en una nebulosa. Se habló de agosto en una primera etapa, pero Battaglia fue clara y manifestó: “Prefiero comenzar con más seguridad, es mucho lo que hay en juego, la salud de los chicos y las docentes”.

Se pueden tener todos los cuidados y empezar con la mitad de los alumnos, pero con los más pequeños es complicado evitar que se toquen o que se lleven la mano a la boca. Es bastante complejo”, concluyó Silvana Battaglia, dueña del jardín La Ardilla Renata.