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Rosario conmemoró el 78° aniversario del levantamiento del Gueto de Varsovia


Fotos de Juan José García

La Daia recordó con una emotiva ceremonia en la ciudad el Día del Holocausto y del Heroísmo

Mantener vivo el recuerdo de quienes fueron asesinados y vivieron los horrores del Holocausto es el eje fundamental para que la historia no se repita. Seis millones de judíos murieron en campos de concentración y exterminio Nazi. Algunos en cámaras de gas, otros víctimas de la desnutrición, el trabajo forzado y las pestes que los enfermaron hasta llevarlos a una muerte agónica. Otros, lograron resistir y sobrevivieron al horror. En honor a ellos, este miércoles la Daia Rosario conmemoró con un emotivo acto el Día del Holocausto y del Heroísmo al cumplirse el 78° aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia, el histórico acto de resistencia judía contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Una inmortal gesta contra la barbarie nazi y por la dignidad humana.

Con motivo de la realización de la ceremonia, que tuvo lugar en Kehilá, el presidente de Daia Rosario, Gabriel Dobkin, destacó en su discurso la importancia de mantener vivo el recuerdo. “El recuerdo es una herramienta fundamental para fortalecer los derechos humanos. Porque nunca dejaremos de recordar a los millones de hombres, mujeres y niños asesinados. Me pregunto cómo fue esto humanamente posible y dónde estaba el mundo ante tanta atrocidad. ¿Dónde estaban los valores de la vida y la justicia, que hoy seguimos reclamando?”, expresó.

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En este sentido, hizo hincapié en los cómplices que callaron y siguen callando ante la intolerancia. “La neutralidad ayuda al opresor nunca a la víctima. Las ultraderechas están impulsando el odio para ganarse a las masas. Entre sus armas predilectas está la negación del Holocausto. Debemos garantizar sociedad más justa e inclusiva”. Y agregó: “Hubo actores pasivos, que naturalizaron la locura y la muerte que vivían otros seres humanos”.

“Por eso desde la Daia generamos vínculos que nos permitan tumbar barreras, para educar. Para educar contra la intolerancia y el odio. Pero cuando la educación falta, ahí debe estar la Justicia. No nos congrega solo un acto de recordación, sino un recordatorio para continuar actuando. Nuestro homenaje especial a los justos entre las naciones, que pusieron mucho en juego para ayudar, y también a los héroes del levantamiento, que sabiendo que no contaban con una opción de vida, lucharon hasta el final. Ojalá que esos jóvenes sean una guía para las generaciones actuales y futuras en la lucha por sobrevivir ante el horror más descarado”, cerró.

El acto fue transmitido en vivo por el canal de YouTube de Kehilá Rosario y contó con la presencia vía streaming de Ariel Gelblung, el director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal. «Días como hoy es para que las personas comunes y ordinarias entiendan que el heroísmo no es tener superpoderes, es tener dignidad y pensar en el prójimo», resumió a su turno Gelblung.

Estuvieron presentes también el rabino Pablo Iugt, otros representantes de la comunidad judía, la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck; el rector de la UNR, Franco Bartolacci; el ministro de Gobierno, Roberto Sukerman; el concejal, Roy López Molina; el arzobispo Monseñor Martín y el titular del sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, Alberto Botto, entre otros.

Un acto de resistencia histórico

El 19 de abril de 1943, 27 de Nisan del calendario hebreo, comenzó el acto más emblemático de heroísmo contra la opresión nazi durante el Holocausto: el levantamiento del Gueto de Varsovia. Fue llevado adelante por los Movimientos Juveniles Sionistas unidos en la Organización Judía Combatiente, al mando de Mordejai Anielewicz, de tan solo 23 años de edad.

Fue el último acto de resistencia tras la decisión, por parte de los jerarcas civiles, militares y policiales del régimen nazi, de dar inicio al plan aprobado en enero de 1942 en la Conferencia de Wannsee conocido como “Solución Final”. Éste consistía en «reasentamientos de las poblaciones judías», que no significaba otra cosa que la deportación organizada para el asesinato sistemático en masa en las cámaras de gas de los campos de concentración y exterminio.

El Gueto de Varsovia se declaró formalmente establecido el 11 de noviembre de 1940 y fue el más grande entre los cuatrocientos que el nazismo creó con el fin de aislar a la población judía y facilitar la tarea de despojarla de sus bienes y utilizarla para el trabajo forzado, tal como lo documenta la Enciclopedia de la Shoá.

Sin contacto alguno con el exterior, cercado por un muro de 3 metros de alto y 18 kilómetros de longitud, confinó en hacinamiento a 450.000 personas. Cuatrocientas en cada edificio, siete por habitación.

Las imágenes del acto