El papa Francisco aceptó este miércoles la renuncia del obispo auxiliar de Los Ángeles, Alexander Salazar, sospechoso de «conducta indebida con un menor», según comunicados publicados por el Vaticano.
Un comité que investigó esta acusación en California consideró que era «creíble», señala un comunicado de la arquidiócesis de Los Ángeles divulgado por el Vaticano.
En 2005, un año después de su ordenación como obispo, la arquidiócesis californiana tuvo conocimiento de una denuncia contra prelado por presunta conducta inapropiada con un menor en los años 1990, cuando era un simple sacerdote.
Una investigación de la justicia civil en 2002 se cerró sin cargos, pero el arzobispo de Los Ángeles decidió sin embargo trasladar el caso al Vaticano.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de examinar este tipo de casos en el Vaticano, impuso «medidas cautelares» a Salazar, quien siempre ha negado la acusación.
El arzobispo de Los Ángeles, José Gomez, explica en su comunicado que entonces fue autorizado a presentar el caso a una comisión de investigación independiente creada por la arquidiócesis, que concluyó que la acusación era «creíble».
«Estas decisiones se han tomado debido a la profunda preocupación por la sanación y la reconciliación de las víctimas de abuso y por el bien de la misión de la Iglesia», escribió Gomez.
«Sigamos manteniéndonos cerca de las víctimas-sobrevivientes de abuso, a través de nuestra oración y nuestras acciones», agregó el arzobispo de Los Ángeles.