CLG dialogó con Horacio, presidente de la organización social, quien hizo un balance del 2019: "Evidentemente hay mucha gente en la calle"
Por Emilia Ottogalli
El Refugio Sol de Noche abre sus puertas cada año en la temporada invernal para brindar un techo a las personas en situación de calle de la ciudad. El hogar ubicado en Pasaje Marconi al 2040 funciona desde abril a mediados de octubre, generalmente; pero este año, se mantuvo hasta el 17 de noviembre por la gran cantidad de asistentes.
CLG dialogó con Horacio, presidente de la organización social, para que hace un balance de lo que fue este 2019. “Esta temporada estuvimos la mayoría del tiempo muy completos”, explicó en primer lugar. Y detalló: “Desde que comenzamos hasta que terminó el frío estuvo muy lleno de gente”.
Sol de Noche existe desde hace 12 años, y en cada temporada se prepara para recibir hasta 62 personas. De esos lugares, 54 son para varones y ocho, para mujeres. “Si nosotros tuviéramos poca gente en el refugio es señal de que las condiciones generales están bien y no hay gente en la calle. Pero evidentemente hay mucha gente en la calle, y ellos aparecieron en el refugio“, analizó.
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El presidente comentó que en 2018 también tuvieron un alto nivel de asistencia, aunque aclaró: “Pero no como este año”. “La crisis se sintió más. Evidentemente”, confirmó. A lo que agregó: “Siempre sabemos continuar una semana más, 10 días más o 15 a lo sumo, entrando ya octubre. Este año nos extendimos hasta el 17 de noviembre”.
Por otro lado, contó que no sólo se les da un espacio para dormir, sino que se brindan talleres. “Lo que hacemos es invitarlos a reflexionar, tener espacios, talleres con textos que sirven de disparador. Tenemos una psicóloga que lleva adelante sus talleres, también”, sostuvo. Sin embargo, aseveró: “Pero es difícil, que la gente pueda salir de ese estado en el que se encuentra”.
Para Horacio, lo ideal sería que todas esas personas tuvieran su propio espacio y no los necesitaran. Pero como la realidad es otra, ahí están ellos para ofrecerles un techo y una cama caliente cuando el frío de la calle es cruel. “Estamos para eso”, señaló.
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En cuanto a la forma de trabajar, reveló: “Siempre en el refugio los voluntarios somos pocos. Nos alcanza para abastecer pero con el mínimo, siempre necesitamos más”. “A las personas se las asiste personalmente. Son seis meses corridos. Son todos los días, de lunes a lunes”, añadió. Y dejó la puerta abierta para las personas que puedan estar interesadas en sumarse.
“Es una labor que requiere trabajo, atención; pero se hace con amor, con dedicación, se hace con gusto tam Se presentó el auto japonés que acelera más rápido en todo el mundo