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Quedó viudo, colgó un cartel porque se sentía solo y recibió cientos de llamados


"He perdido a mi amada esposa y alma gemela. No tengo con quien hablar. ¿Nadie puede ayudarme?", indicaba el pasacalles que colgaba de la ventana del hombre de 75 años

Tony Williams, un británico de 75 años devastado por la pérdida de su esposa colocó un cartel en su balcón en el que se confesaba angustiado por la soledad, lo que se tradujo en una avalancha de llamadas y de correos de desconocidos de su vecindario y de todo el mundo.

Tony conoció a su difunta esposa Jo hace más de 35 años. El amor que se tenían era inmenso. Williams recuerda que eran «almas gemelas» y que en su matrimonio reinaba una «perfecta armonía», recoge The Times.

En mayo de este año, a Jo le diagnosticaron cáncer de páncreas y falleció apenas nueve días después. Desde entonces, el hombre se sintió «maldito» por la soledad. «Mi maravillosa esposa ha muerto y no tengo a nadie», se lamentó.

Cansado de la soledad, el viudo colocó primero dos anuncios en su periódico local pidiendo compañía, pero nadie respondió. También hizo algunas tarjetas de visita con su número de teléfono y una dirección de correo electrónico, por si algún día entablaba una conversación en el supermercado o en un paseo y organizaba una reunión de manera informal. Entregó 23, pero no recibió ni una sola llamada.

Tras no recibir respuesta, optó por un «último recurso»: colocar un letrero en la ventana de su casa en Alton, Hampshire, que decía: «He perdido a Jo, mi amada esposa y alma gemela. No tengo amigos ni familia. Nadie con quien hablar. Encuentro el silencio incesante las 24 horas del día una tortura insoportable. ¿Nadie puede ayudarme?».

La estrategia dio resultado y Williams recibió cientos de llamadas telefónicas de todo el mundo y tantos correos electrónicos que colapsaron su bandeja de entrada. Incluso ha recibido una invitación para ir a Florida, así como una oferta —mucho más realista en tiempos de la pandemia— de una señora que vive en la zona y le invita a tomarse un gin tonic.

«El amor y la compasión que la gente ha mostrado me ha hecho llorar», confiesa Williams, conmovido por cómo la gente le envía fotos de sus hijos y de sus mascotas, le hablan de «sus aspiraciones» y le dicen que están pensando en él.