Por Diego Carballido
Este próximo lunes 29 de octubre, el auditorio de la Asociación Empleados de Comercio será el escenario del “Primer Congreso Femenino de Inclusión en el Fútbol y Arbitraje”, llevado adelante por mujeres que desde hace varios años vienen pregonando por sumarle importancia a la práctica femenina de uno de los deportes más populares del país.
Una de las expositoras es Rosana Gómez, la actual entrenadora del equipo femenino de fútbol de Central, quien en diálogo con CLG brindó más detalles respecto a esta actividad y al presente del deporte en la ciudad. “Hace poco se organizó un seminario en la Asociación Rosarina de Fútbol para los y las entrenadoras y surgió esta idea de hacer un Congreso junto con una coach y una árbitra. En el mismo vamos a contar nuestra experiencia como mujeres dentro de este mundo” explicó Rosana, y amplió: “No hay muchas capacitaciones con respecto al fútbol femenino y la iniciativa espera que, a partir de nuestras historias, otras chicas se puedan sentir identificadas y empiecen a practicar».
Este primer congreso, además de compartir las experiencias de Rosana y de la árbitra provincial Aldana Aguirre, junto con la coach ontológica Carina Benitez, buscará generar un espacio de encuentro para todas aquellas personas que hoy conforman la Liga Rosarina de Fútbol Femenino.
— ¿Cómo es el presente del fútbol femenino en la ciudad?
— Está mucho mejor que hace un tiempo. Existe un avance importantísimo tanto en la cantidad como en la calidad de jugadoras. Hay muchas chicas queriendo practicar fútbol. Empiezan a surgir escuelas en muchos clubes por una necesidad producto de la demanda y nos vemos obligadas, como pioneras, a contar e invitar a más gente para que este tema se siga masificando y se incrementen aún más las escuelas de fútbol femenino y de arbitraje. Queremos lograr que las mujeres seamos más protagonistas en este ámbito deportivo. Cuesta mucho, ya que hace años que venimos en la lucha, pero sin duda que estos tiempos son muy distintos a los de cuando yo arranqué a jugar.
Rosana tuvo un intenso recorrido durante su carrera deportiva como futbolista. Se ganó un lugar en Boca, River y hasta en la selección argentina. Actualmente, a sus 38 años, sigue vinculada al fútbol como entrenadora del Canalla, donde le tocó hace unos días quedarse con el clásico femenino de la ciudad.
Actualmente, la Liga Rosarina de Fútbol Femenino disputa sus encuentros todos los domingos y, en ocasiones, algunos sábados. En el calendario del Torneo Clausura existen dos zonas, por un lado las posiciones pares y por el otro las impares, según como culminaron el Torneo Apertura. Son 9 fechas en total y los equipos ganadores de ambas zonas juegan la final.
— ¿Cómo está en materia de organización la liga femenina?
— En Rosario, Central fue el primer equipo que cuando se organizó la liga rosarina de mujeres, hace dos años, ya contaba con un plantel formado. Para ese entonces, junto con Social Lux, competíamos en las ligas cañadense y casildense, hasta que pudimos jugar en la ciudad. Una vez conformada la liga comenzaron a surgir equipos de todos lados y Newell’s también armó un plantel. Nos sorprendió la cantidad de clubes que quisieron formar parte. Hoy contamos con 20 equipos que, según estimamos, el año próximo se van a convertir en 30 y tendríamos que armar dos categorías.
— ¿Cuál es el principal inconveniente que hoy tiene el fútbol femenino para lograr su masividad?
— Falta un poco de difusión en los medios de comunicación, pero principalmente falta el apoyo económico de sponsors. Lamentablemente se reduce a una cuestión económica, pero se necesitan más personas interesadas en invertir en este deporte para que las chicas se puedan dedicarse por completo a esto sin tener que trabajar o, como nos pasa en ocasiones, para que se puedan pagar el colectivo y venir a entrenar. No es sólo una cuestión de Rosario, también pasa a nivel nacional. Para que realmente esta actividad crezca, además de las cuestiones estructurales de los clubes que nos ceden las instalaciones para practicar, creo que falta apoyo económico.
— ¿Todavía sigue vigente ese pensamiento de que el fútbol no es una cuestión de mujeres?
— Sí, está presente todavía. Algunos clubes están empezando a abrir la cabeza y a aceptar esta cuestión de la inclusión de la mujer en el fútbol. Actualmente, la Conmebol obliga a los clubes a tener planteles femeninos, por eso en muchos casos no se trata de apertura sino de una obligación. Pero lamentablemente existen algunos tabúes con respecto a la gente que no quiere que nosotras practiquemos este deporte. Considero que no importa el género porque es un deporte como cualquier otro. Hay una de mis jugadoras a quien los padres no la dejan venir a entrenar, y ella tiene que decir que se va a la casa de su abuela como excusa para poder venir. Una imaginaba que estas situaciones ya no ocurrían más porque nos pasaban cuando yo recién empezaba a jugar, hace 20 años.
— Sin embargo, en un ambiente tan masculino y analizándolo a la distancia, se han logrado muchos avances
— Sí, y también hay que tener en cuenta que se trata de un ambiente muy exitista. Por ejemplo, con mucho esfuerzo logramos clasificar para jugar un Mundial y si no llegamos a tener un buen desempeño, desde los medios se empieza a decir que somos malas jugadoras, lo cual genera que mucha gente retire su apoyo. Sin conocer, tal vez, las decenas de historias de sacrificio, desde lo individual y lo familiar, que tienen cada una de las integrantes de la selección. Sigue siendo una actividad amateur.