Por Enrique Genovar
Ganar era lo más importante y lo logró. Fue un resultado justo. Ya que de los dos fue el que más buscó, por más que a veces las formas no fueron las adecuadas. El equipo del Kily regresó al triunfo después de tres partidos y mantiene viva la ilusión de poder conseguir el objetivo de terminar en los primeros cuatro de la zona.
Un resultado muy importante. Un triunfo que necesitaba para calmar las críticas y llevar algo de tranquilidad a Arroyo Seco. Esta vez se pudo ver la mano del DT que con las variantes que introdujo en el complemento mejoró el rendimiento de su equipo.
La primera parte fu mala. Mal jugada. Un espectáculo indigno fue el que dieron los dos equipos. Pero fue Central que en medio de tanta mediocridad futbolística se llevó el primer capítulo gracias a la arremetida de Damián Martínez a poco del final.
Central careció de juego de mitad de cancha hacia adelante, antes del gol solamente hubo un buen centro de Vecchio para la cabeza de Marco Ruben y nada más. Arsenal, el peor equipo de la zona, con dos jugadas también complicó al Canalla y en una de esas exigió a Broun que respondió de gran manera.
El problema del equipo del Kily estuvo en la falta de ideas, en el bajísimo nivel de Francesco Lo Celso que jamás se asoció con Emiliano Vecchio. Un conjunto de voluntades pero sin ideas, ese fue Central en la primera parte. Solamente la vergüenza que mostraron Ruben y Vecchio; el incansable Cucchi y el movedizo Sangiovani, que estuvo siempre en las jugadas pero no gravitó.
Un primer tiempo para el olvido donde lo más importante fue que el Canalla se fue al vestuario arriba en el marcador. Aunque lo más justo hubiese sido que los primeros 45 terminasen en tablas.
En la primera parte del segundo tiempo la escenografía no cambió demasiado con respecto al primero. Sí Vecchio se hizo más de la pelota y trató de dársela siempre a un compañero, pero careció de socios para generar fútbol. Así y todo, pudo llegar al segundo antes de los diez, luego de un córner, que Ruben no pudo impactar de taco. Kily intentó darle más vértigo al ataque y mandó a la cancha a Marinelli pero no varió demasiado, el problema de la falta de juego tenía su origen en la mitad de la cancha.
Por eso minutos más tarde le dio minutos a Rabuñal y también sacó a un extenuado Ruben.
El último cuarto de hora tuvo otra muy buena intervención de Broun, que evitó el empate. Y en la jugada siguiente el volante uruguayo recién ingresado marcó de cabeza y liquidó el partido. Luego Martínez Dupuy también tuvo la suya pero encontró el acierto de Navarro. El descuento del rival solamente sirvió para decorar el resultado final.
Central jugó mejor tras los cambios. Pero más allá de todo análisis logró lo más importante que se puede pedir en ese presente, los tres puntos. El equipo del Kily se llevó mucha tarea de cara al futuro, pero era tan indispensable volver a la victoria que la noche de Arroyito terminó siendo una gran noche.