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Muertos para dar vida: la otra humanidad, la de la entrega y el amor


Con la Gente rinde homenaje a los rescatistas que murieron en Australia y en ellos a todas las personas que diariamente, en todo el mundo, trabajan por el prójimo incluso hasta dar su vida

Con la Gente rinde homenaje a los rescatistas que murieron en Australia y en ellos a todas las personas que diariamente, en todo el mundo, trabajan por el prójimo incluso hasta dar su vida

Dar al prójimo. Incluso, hasta la vida. La enorme y destacable tarea de los rescatistas que murieron en Australia debido a los trabajos de ayuda, tanto para personas como para animales, generó un fuerte impacto en todo el mundo y es digna de recibir un homenaje.

Durante la ola de los incendios forestales que ha azotado a Australia durante los últimos meses, miles de voluntarios anónimos han puesto en juego su integridad, y hasta su vida, esforzándose todos los días y metiéndose en lugares muy complejos para ayudar a que personas y animales encuentren una salida en medio de las llamas.

Según publica el portal Zoorprendente, al menos 26 personas han perdido la vida al realizar este tipo de tareas. Los más de mil millones de animales muertos generan una tristeza indescriptible en todo el mundo, pero el recuerdo de los rescatistas, y la difusión de sus trabajos, sin dudas genera aplausos y emoción. Estos héroes, en silencio, han dejado su vida para salvar la de otros.

Junto a los bomberos, grupos rescatistas, funcionarios policiales y de seguridad y un sinnúmero de voluntarios ha decidido sacar el pecho y enfrentar esta difícil situación, que no solamente aqueja a Australia, sino a la humanidad entera.

Organizados en un grupo benéfico de rescate y rehabilitación de la vida silvestre conocida como Servicios de Información, Rescate y Educación de Vida Silvestre (Wires, por sus siglas en inglés), todos los voluntarios trabajan por un solo objetivo: salvar a su amado país.

El efecto de los incendios ha sido tan profundo y devastador para el ecosistema del país oceánico, que varios expertos aseguran que su impacto negativo en la flora y en la fauna se replicará a futuro y las consecuencias serán irreparables.

Decenas de personas han «dado su vida por dar vida a alguien más», y aunque no se compara en número con las pérdidas animales, su partida deja un gran dolor entre sus compañeros y cada uno de sus compatriotas.