Por José Odisio
La asamblea de Newell’s dejó mucha tela para cortar y hubo claros mensajes de los socios para todos. Más allá del balance rechazado y los riesgos que pudiera haber en Superliga, la dirigencia debe tomar nota de una clara reprobación de los socios a la gestión, en especial el presidente Eduardo Bermúdez, quien ni siquiera estuvo presente.
El Balance presentaba deficiencias enormes, en eso coincidían casi todos, pero el riesgo a una posible sanción de Superliga generó dudas en los socios y las agrupaciones opositoras, que tomaron la asamblea como un acto político.
Lo que pueda pasar en el corto plazo sólo lo sabe Superliga, pero la dirigencia debe ponerse a trabajar en «mejorar» el balance porque tal vez haya que aprobarlo de apuro. O quizás no, pero en el fútbol argentino nada es claro.
¿Hubo ganadores? Los socios, que se comprometieron como nunca y colmaron el estadio cubierto. Esta no fue una asamblea donde sólo estuvieron las agrupaciones políticas, hubo alta presencia de socios independientes, quienes reprobaron la gestión y al final inclinaron la balanza por el «no».
Obviamente no puede dejarse de lado la figura de Rafael Bielsa, decisivo con su discurso final para el rechazo mayoritario. No hay dudas que ese apellido que «carga» (como dijo el ex Canciller) sigue teniendo peso en la gente.
Pero si todo queda en un discurso moralista de 5 minutos y no hay una participación genuina en las trincheras, de poco servirá su presencia decisiva en la asamblea.
Newell’s necesita de todos. Abrir las puertas no debería ser sólo palabras al viento, aunque suena difícil concretarlo en este contexto con tantas diferencias de uno y otro lado. Pero los socios dejaron un mensaje, algo debe cambiar. Sería bueno escucharlos.