Por Enrique Genovar
Estuvo cerca. Pero la diferencia de dos goles en la ida fue mucho. Central ganó en Mar del Plata. Sin embargo no le alcanzó para seguir en la Copa Superliga y se despidió de manera temprana de la competencia.
Pero más allá de la eliminación, el Canalla jugó el mejor partido desde la llegada de Diego Cocca. Fue protagonista y hasta pudo haber ganado por una diferencia que le hubiese permitido avanzar de ronda.
Las decisiones que tomó el entrenador en la previa del juego terminaron siendo un agravante para las posibilidades de Central. Claro que no todas esas decisiones… El equipo, cuando no está Néstor Ortigoza, tiene otra dinámica y se nota. Pero otras ausencias se sintieron.
Lo más destacado fueron las actuaciones de Maximiliano Lovera, Jonás Aguirre y el pibe Rodrigo Villagra. El delantero demostró que en este equipo, hoy es titular. El volante por izquierda ratificó que debe ser titular en esa zona del campo y el juvenil volvió a mostrarse criterioso en la contención.
Más allá de los nombres propios, lo mejor que tuvo el equipo fue que por primera vez desde la llegada de Cocca se vio una idea de juego. En el Minella se pudo ver un plan y una estrategia para lastimar al rival y no ser lastimado.
Central se fue de la Copa Superliga muy rápido y por más que en La Feliz se notó una mejoría y fue superior a su rival, la serie ya se había cerrado por la diferencia que el Tiburón obtuvo en el Gigante de Arroyito.
