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El domingo por la noche

Líbano: fuerte choque entre manifestantes y partidarios de Hezbollah


 

La policía libanesa disparó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y detener los enfrentamientos entre manifestantes antigubenamentales y partidarios de los grupos chiítas Hezbollah y Amal en el Puente del Anillo, que conecta el este como el oeste de la capital libanesa, tras cinco semanas de protestas antigubernamentales en el país.

Centenares de manifestantes volvieron a las carreteras, que las fuerzas del orden llevan toda la mañana tratando de reabrir, informó la agencia de noticias estatal ANN. En la noche del domingo seguidores de los grupos chiítas llegaron a la circunvalación del Ring, que une los sectores este y oeste de Beirut, y se pusieron frente a los manifestantes. Pese a que la Policía antidisturbios y el Ejército formaron una barrera para separar a los grupos, ambos protagonizaron una batalla campal con piedras que provocó un número indeterminado de heridos, según la agencia estatal.

Las protestas en el país comenzaron el pasado 17 de octubre como parte de un movimiento espontáneo que creció en las calles y afectó la vida del país, obligando al cierre de carreteras, bancos y escuelas, en demanda de cambios profundos en el régimen político.

El levantamiento comenzó después de que el gobierno anunciara una tasa a las llamadas por Internet a través de aplicaciones como Whatsapp y denuncian la corrupción de los dirigentes políticos y su incapacidad de poner remedio a los problemas económicos del país, que se encuentra en una profunda crisis.

Las protestas han llevado al primer ministro libanés Saad Hariri a dimitir pero el presidente del país, Michel Aoun, no ha nombrado un sucesor para que forme gobierno. Hezbollah se ha mostrado en contra de un cambio de gobierno y desde hace semanas mantiene que las protestas ya no son espontaneas sino que son fruto de la injerencia exterior de Estados Unidos.

El Líbano es un país incapaz de garantizar el suministro de electricidad y agua las 24 horas del día y tiene un endeudamiento del 148% del PIB, lo que hace que su deuda soberana no llegue ni a la categoría de «bono basura».