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Lactancia materna en bebés de más de seis meses y sus beneficios


Es sabido que la lactancia materna aporta numerosos beneficios y nutrientes a los bebés en sus primeros meses de vida y en su posterior crecimient. En numerosas ocasiones las madres se preguntan cuánto tiempo deben prolongar dar el pecho al bebé o si la lactancia sigue siendo importante una vez superados los primeros seis meses.

Una compañía suiza con mucha experiencia, más de cincuenta años, llamada Medela estudió para poder comprender mejor  las necesidades de las madres y el comportamiento de los bebés. El objetivo era poder explicar los beneficios adicionales que ofrece el mantenimiento de la lactancia materna para la salud actual y futura, tanto de los bebés como de las madres.

Las conclusiones son que aunque los componentes de la leche materna se adaptan a las necesidades y etapas de desarrollo y crecimiento de cada niño, a partir de los seis meses el bebé necesitará ingerir alimentos sólidos para obtener las proteínas y nutrientes –como el hierro o las vitaminas B y D– que no puede conseguir a través de la leche materna pero seguirá recibiendo el 93% de sus calorías de la leche materna. De allí la importancia de alargara el amamantamiento.

Las tomas diarias se irán reduciendo de manera paulatina con la progresiva ingesta de alimentos sólidos y el aumento de la edad del bebé. Entre los 9 y los 12 meses de edad el lactante puede seguir tomando unos 500 ml diarios, una cantidad que proporciona, aproximadamente, la mitad de su ingesta calórica diaria.

A los 18 meses, si todavía sigue tomando el pecho,  la leche seguirá suponiendo el 29% de las calorías y nutrientes necesarios.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que durante los dos primeros años, si se puede, se prolongue la lactancia debido al impacto positivo tanto en la salud del niño como de la madre.

Beneficios para el bebé

Las proteínas y nutrientes que contiene en las distintas etapas proporcionan los pilares de la salud de una persona a lo largo de su vida y contribuirán a reducir las probabilidades de padecer enfermedades durante la infancia y la edad adulta, ayudándole a recuperarse de un modo más rápido. Pero hay otra serie de beneficios que son importantes  a tener en cuenta:

*Protección frente a infecciones, cánceres infantiles y algunas otras enfermedades: Por ejemplo los niños están protegidos mediante la lactancia prolongada de la leucemia linfocítica aguda y el linfoma Hodgkin. Se reducen las probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 1 y 2, obesidad, problemas dentales y oculares.

*Refuerzo del sistema inmuntario: La leche materna contiene moléculas que estimulan el desarrollo y refuerzo del sistema inmune del bebé, lo ayudará en distintos aspectos, como en la aparición de sus primeros dientes y en los golpes y los rasguños que pueda sufrir. Sufrirá menos diarreas y náuseas, gastroenteritis, gripes y resfriados, candidiasis e infecciones en los oídos, la garganta y los pulmones.

*Resultado positivo para la salud mental: Tomar el pecho tiene un efecto tranquilizante y relaja al bebé ya que actua como un calmante natural ante el cansancio, las alteraciones o las enfermedades. Hay estudios donde se ha comprobado que la lactancia materna reduce el llanto y aporta alivio frente a las vacunas.

Beneficios para las madres: 

*Reducción de riesgo de desarrollar enfermedades: La lactancia contribuye a tener menos riesgos de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2 o cáncer de ovarios, de útero y de mama. Específicamente en el tema del riesgo de padecer cáncer de mama se reduce un 4,3% por cada año que la madre produce leche. Dar el pecho también contribuye a que se reduzca en más de un tercio el riesgo de padecer cáncer de ovario. Además, la lactancia reduce en un 32% el riesgo de que el bebé desarrolle esta enfermedad en fases posteriores de su vida.

*Reducción del estrés y depresión: La oxitocina, «hormona del amor o de las caricias» como se la llama se libera cuando el bebé succiona el pezón y esto hace que tenga un efecto antidepresivo. También el estrés se verá reducido ya que al amamantar se segregan niveles más bajos de cortisol.