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La sangre de San Genaro no se licuó y la población teme una desgracia inminente


¿Mal presagio? Cada 16 de diciembre la supuesta sangre del patrón de la ciudad, es sacada de la caja fuerte donde se custodia para exponerla ante los feligreses.

En los últimos días, los residentes de Nápoles se inquietaron por una inesperada situación. En un ritual que se lleva a cabo todos los años, su patrón, San Genaro, no licuó su sangre, conservada en un relicario en la catedral de esa ciudad.

No solo fue una gran desilusión para los fieles, sino que también despertó cierto temor entre la población, en tiempos complejos signados por la pandemia de coronavirus. «Nos faltaba solo que fallara San Genaro», expresaron los napolitanos, de acuerdo al medio ABC. E indicaron: «Nápoles tiene miedo».

La tradición señala que el relicario con la sangre del santo, en estado sólido, es sacudido por el arzobispo o un monseñor ante los fieles y se convierte en líquido. La prueba se realiza en tres fechas distintas: el sábado previo al primer domingo de mayo, el 19 de septiembre (que es la fiesta patronal) y cada 16 de diciembre. Sin embargo, este miércoles, a pesar de intentarlo en dos oportunidades, una vez a la mañana y otra a las 19.40, la sangre no se licuó.

La Iglesia se refiere al fenómeno de la licuación como «prodigio» y, cuando no se produce, los napolitanos creen que puede tratarse de un indicio de mal augurio. Ante la desilusión y el temor, el cardenal Crescenzio Sepe, quien presidió el evento litúrgico, intentó tranquilizar a la gente. «Rezad al patrón, no nos abandonará», dijo.

Solo en algunas pocas ocasiones falló el denominado «milagro» de la licuación. El 16 diciembre de 1835 tampoco se produjo y, en ese momento, se acrecentó el miedo a que cayeran desgracias sobre el pueblo. Un año después, llegó a Nápoles la epidemia de cólera, que desde hacía cuatro años causaba estragos en Europa.