El Ministerio de Salud, a través del Iapos y la Agencia Provincial de Control del Cáncer, llevó adelante este viernes, en el Centro Cultural Fontanarrosa de Rosario, la jornada “El medicamento. ¿Solución o problema? Entre lo individual y lo colectivo”, destinada a oncólogos, médicos especialistas, bioquímicos y funcionarios de la salud. “Uno de los objetivos que nos fijamos es considerar al medicamento como un bien social”, señaló Uboldi.
“Pensamos en el acceso universal, en la disposición de qué insumos y qué medicamentos y cuál es el presupuesto con que se cuenta; y entendemos que es un trabajo arduo de construcción diaria. En el caso de los pacientes con cáncer entendemos que se presentan una serie de tensiones que involucra al paciente, a la organización, a los medios de comunicación, a los funcionarios que prescriben, a las empresas farmacéuticas, a los gobiernos y también con el agregado del condimento de la judicialización de los casos”.
“La idea es encontrar consensos que nos permitan transcurrir este proceso de atención de la salud con la menor tensión posible, o sea que el paciente no deba padecer esperas prolongadas, ni tener que establecer una batalla judicial para obtener tratamiento. Y, fundamentalmente, que el Estado nacional se comprometa a garantizar que la gente transcurra el proceso de enfermedad y cura con el menor sufrimiento posible”.
“Estos espacios de debate son sumamente necesarios. Las drogas utilizadas en oncología son de elevado costo, y esto nos interpela dado que las nuevas moléculas que surgen generan impacto en la salud y, además, en el presupuesto”, continuó la ministra.
“Muchos de ustedes médicos especialistas llenan formularios y tras la aprobación de las auditorías muchas veces ocurre que los medicamentos no llegan, y entonces antes que pase más tiempo terminamos comprando drogas e insumos. Lo que entendemos es que hay que organizar bien y con tiempo antes de la prescripción; y no poner al paciente en el medio para que ande deambulando en búsqueda de la autorización y de disponer del presupuesto para la compra de los fármacos”.
Al finalizar, Uboldi expresó que desde el ministerio se estaría dispuesto a revisar las primeras líneas de las compra centralizadas y revisar las prescripciones y el circuito de autorización. Al respecto indicó que “tenemos al laboratorio LIF que podría involucrarse en la producción de nuevas moléculas, el problema es el alto costo y el volumen requerido, porque no es lo mismo producir fármacos oncológicos que cefalexina o metadona y morfina, ya que tendríamos que asumir y distinguir cierta producción y eso implica ajustar presupuestos”.
Por su parte, la directora de Iapos, Soledad Rodríguez, resaltó que “estamos frente a una experiencia única y que puede marcar el rumbo del consenso. Apelamos al trabajo conjunto con los profesionales y la responsabilidad de prescribir con una mirada puesta en la salud y conociendo el costo – oportunidad de cada prescripción para salvaguardar en conjunto la viabilidad económica del sistema sanitario”.
“El correcto uso de tecnologías de alto costo en el contexto actual es desafiante. Por un lado, porque se produjo un aumento de prestaciones e insumos dolarizados y, por el otro, sucede que no siempre lo que se denomina nueva tecnología en medicamentos aporta un beneficio real a la salud de la población, mientras que su financiamiento pone en peligro la sustentabilidad del sistema”, sostuvo la funcionaria.
“Para evitar que las tecnologías sanitarias en general y las de alto impacto presupuestario en particular sean generadoras de inequidades, el Estado tiene que tomar un rol claro en la definición de políticas sanitarias”, cerró la directora de la Agencia provincial de Control del Cáncer, Gabriela Quintanilla.