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La ley antisaqueo de Chile también penaliza el baile como acto de protesta


La oposición dice que el proyecto "atenta contra el legítimo derecho a la protesta"

La oposición dice que el proyecto «atenta contra el legítimo derecho a la protesta»

Una de las polémicas del proyecto de ley antisaqueo ya votado por el Senado de Chile está dada porque considera como un acto delictivo una suerte de piquete conocido como «el que pasa, baila».

La consigna tiene que ver con una situación que se da en los cortes de calle, ya que a aquellos que quieren circular por un sector donde hay un piquete son invitados a ensayar un baile con los manifestantes. Esa suerte de «invitación» que reciben los peatones está tipificada como delito por el proyecto de ley y los condenados irían a prisión por un año.

Para la oposición, el problema con la norma antisaqueos radica en ver «cómo se llevan a cabo las manifestaciones». Desde ese sector se dice que el proyecto «atenta contra el legítimo derecho a la protesta». «Las figuras que se dicen querer implantar ya existen en el Código Penal», alertan, según indica el sitio Europa Press.

Desde el Partido Socialista se ha defendido que si bien ellos votarán a favor de castigar los saqueos, «no se puede considerar como protesta social hechos delictivos que sí deben ser sancionados». Desde la bancada oficialista, el senador de Evolución Política Felipe Kast criticó «falta de seriedad tremenda» de la oposición por «oponerse a cualquier tipo de reforma que busque garantizar el orden público».

La ley define además como delitos la construcción de barricadas, la obstrucción al tránsito y el lanzamiento de objetos contundentes, acciones que no alcanzarían en el peor de los casos los dos años de prisión, según ha detallado el periódico chileno La Tercera.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, celebró la aprobación de la norma en Twitter: «Valoro acuerdo que permitió aprobación de necesaria Ley antisaqueos, encapuchados y barricadas hoy en el Senado. Recuperar la seguridad de las familias y la paz social requiere una fuerte voluntad de nuestros parlamentarios y un compromiso con la paz que debe convocarnos a todos».