Análisis

Federico, el dólar y la restricción externa


Por Diego Añaños

“El cepo es el problema, no la solución. Elimina la oferta de dólares, por eso cuanto más cepo más dólares faltarán. En 2015 abrimos el cepo en un día, y en los dos años siguientes el Central compró 40.000 millones de dólares. De hecho nos criticaban porque el dólar estaba barato”. Eso fue lo que twitteó el miércoles pasado a las 12:01 del mediodía el ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Podría haberlo dicho sobre la noche del martes, cuando ya comenzaba a conocerse la nueva medida dispuesta por el gobierno nacional. También pudo decirlo el mismo miércoles temprano, pero no. Se tomó un par de horas para ver cómo respondían los mercados y luego hizo su aparición en la red social del pajarito.

El miércoles el gobierno nacional anunció la decisión endurecer las disposiciones para la adquisición de dólares billete para atesoramiento. Es decir, no amplió el cepo a todas las formas de demanda de dólares, sino que incorporó un 35% de recarga sobre las compras de dólar ahorro en concepto de adelanto de Ganancias para aquellos que efectivamente pagan el impuesto. Los monotributistas, los trabajadores en relación de dependencia y los jubilados que no estén alcanzados por el tributo, podrán solicitar la devolución del gravamen una vez finalizado el año calendario en el cual se realizó la compra de moneda. Además estableció que las compras en el exterior iban a ser alcanzadas por la medida, a la vez que introdujo modificaciones en los tiempos de parking: lo a extendió a quince días para las operaciones de pasaje de pesos a dólares, y lo eliminó para las operaciones de pasaje dólares a pesos.

A ver, dividamos la cuestión en dos. En primer lugar voy a hacer algo que no está bien, pero no me aguanto jugar a la corrección política cuando los otros se olvidan del fair play. Lo que no está bien es atacar al emisor, y no al mensaje. Voy a utilizar un argumento ad hominem, es decir, voy a descalificar al emisor. Federico Sturzenegger no debería opinar nunca más acerca de la economía argentina. Todos sus pasajes por la administración pública terminaron en desastre, desde su participación en el megacanje durante el gobierno de Fernando de la Rúa, hasta su reciente gestión al frente del Banco Central, donde asumió en 2015 y renunció en 2018, después de haber fracasado estruendosamente en aquello para lo que venía a triunfar: el control de la inflación.

Después viene el análisis de lo que Sturzenegger dijo: el cepo es el problema, no la solución. Es cierto que el cepo no es la solución al problema del dólar en la Argentina, en eso Federico no miente, pero también es cierto que nadie dijo que lo fuera. Las medidas restrictivas a la adquisición de dólar billete para atesoramiento sólo apuntan a limitar el drenaje por una de las vías controlables. Representa una porción pequeña de los dólares que se transan diariamente, pero está claro que alguien que compra dólares para dejarlos dormir en una cuenta o guardarlos en un cajón, no los necesita para producir. Es decir, controla la sangría diaria, pero no la elimina, y lo hace evitando que las consecuencias del control deterioren el nivel de actividad económica.

Donde se equivoca definitivamente, es cuando dice que el cepo es el problema. El problema del dólar en la Argentina deviene de un fenómeno denominado restricción externa, y que se describe como la incapacidad que muestra nuestra economía para generar en el largo plazo los dólares necesarios para consolidar un proceso de crecimiento autónomo. El modo en el que se constituyó históricamente la estructura productiva nacional y los modos de relacionamiento con el mercado internacional son, en definitiva, las causas del problema. En ese contexto, los cepos son intentos de controlar la fuga de divisas. Jamás el problema, menos la solución.

Finalmente está lo que Federico quiso significar. “La estrategia de controlar la fuga de dólares es errónea, hagan como nosotros, que abrimos las compuertas y en dos años conseguimos fortalecer las reservas del Banco Central. Así vamos a terminar con el problema”. Claro, Federico no es tonto, y en su mentira cuela algo de verdad. Es cierto que el Central fortaleció su posición en dólares durante 2016 y 2017? Si es verdad. Lo que omite Federico es que durante el período 2016/2018 la Argentina fue el mayor emisor de deuda soberana del conjunto de los países emergentes. Repito, no es que se endeudó más, o más aceleradamente: fue el país emergente que más deuda emitió durante los dos años que cita Federico, incluso superando a China, un país con un PBI que es algo así como 20 veces el argentino.

La emisión de deuda durante los primeros dos años del gobierno de Mauricio Macri, superaron los U$S132.000 millones. Desde el gobierno sostenían que el endeudamiento era indispensable para sostener el déficit fiscal heredado luego de doce años de kirchnerismo. La realidad nos dice que en ese mismo período, se fugaron más de U$S82.000 millones. Eso es U$S12.000 millones más que el patrimonio acumulado de las 50 familias más ricas de la Argentina por esos días, que era de aproximadamente U$S70.000 millones. En síntesis, cuando Federico habla del problema, omite lo más importante, pero nadie parece querer hablar del tema, al menos desde los medios de comunicación hegemónicos. Claro, ellos fueron parte de los pocos que se beneficiaron con las medidas de Federico y su gobierno.