CLG dialogó con distintos libreros quienes hablaron de problemas en las ventas y opinaron sobre el principal rival del papel: el internet
CLG dialogó con distintos libreros quienes hablaron de problemas en las ventas y opinaron sobre el principal rival del papel: el internet
Imágenes de Fernando Der Meguerditchian
La crisis económica golpea a todos los sectores y el de las librerías no es la excepción. Al igual que en el resto del país, los rosarinos tienen menos dinero en su bolsillo y se ven obligados a destinarlo a las necesidades principales. Lamentablemente, a veces los libros quedan para más adelante.
La lectura forma parte del ocio, pero que también se ve alcanzada por los factores económicos. En tiempos de crisis, resulta difícil comprar libros nuevos y se recurre a pedir prestados o, algo cada vez más frecuente, leer en internet.
CLG salió a recorrer distintas librerías de la ciudad y dialogó con dueños y encargados, quienes hablaron sobre sus ventas, las expectativas con el inicio escolar y opinaron sobre la disputa entre el papel y la pantalla.
«La venta de libros viene igual que la economía en general, cayó con respecto a años anteriores. En febrero hay un poco más de movimiento por el inicio escolar, pero las ventas caen», explicó Pablo, dueño de una librería céntrica de calle Corrientes. «La gente busca leer, el argentino es una persona que le gusta leer, el tema son los precios», agregó.
Yolanda, de otro local sobre Corrientes, señaló que el año no comenzó de la mejor manera: «El 2020 no viene bien, viene en muy en baja. La gente sigue eligiendo leer, pero no le es posible disponer de un dinero para este gasto».
Además, se refirió a los jóvenes y la lectura en internet: «La juventud viene, pero siempre chocan con el mismo inconveniente, lo económico; en los últimos meses se ha agudizado, enero y febrero fueron de terror».
Por su parte, Germán, dueño de una librería de la peatonal Córdoba, dijo que el movimiento empieza a crecer: «La gente todavía está de vacaciones, pero ya empieza a haber más flujo de gente». Además, aseguró: «Creo que el libro en papel nunca va a caducar. Quizás para las generaciones venideras lo online es más fácil, pero hay mucha gente que sigue optando por el papel».
«Tener un libro en una biblioteca no tiene nombre. Aunque se crea que no, los jóvenes se acercan a comprar libros, principalmente series de fantasía o ciencia ficción», añadió.
Gustavo, quien tiene un puesto en la Plaza Sarmiento, indicó: «Estamos esperando que empiece la temporada escolar. La actividad está levantando un poco, no es una barbaridad pero se está vendiendo un poco más. Gracias a dios todavía tenemos una cultura de lectura, esperemos que continúe».