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El Paraná está en su punto más bajo en 30 años y no hay pronósticos de lluvias


Foto: Bolsa de Comercio de Rosario

"El Instituto Nacional del Agua prevé una altura de 0,90 centímetros para el 21 de este mes", reveló Gonzalo Ratner, director de Defensa Civil, a CLG

La bajante del río Paraná se nota a simple vista desde hace meses. Pero cada vez es un poco menos de agua la que llega a las costas rosarinas. Actualmente, según registros de la Prefectura Naval, el río está a 1,06 metro en el puerto local. El nivel más bajo que ha alcanzado en los últimos 30 años.

Tan poca agua, por supuesto, trae aparejada complicaciones. El puerto rosarino es altamente comercial y grandes buques llegan o pasan cargados de mercaderías por el canal. ¿Qué pasa ahora? CLG dialogó con el director de Defensa Civil, Gonzalo Ratner, quien explicó algunos de los problemas que se están viendo por esta condición medioambiental.

«En este momento el inconveniente más grande es el comercial al no haber actividades recreativas», aseguró. A lo que agregó: «Lo limitante es la capacidad de carga, cuanto más bajo menos pueden cargar. Hay una pérdida económica, pero no está previsto que dejen de ingresar barcos».

En esa misma línea, remarcó: «Los barcos pueden cargar mucha menos capacidad de la que tienen porque para llevar la carga máxima necesitan mayor calado». «Las maniobras también son más lentas al acercarse a los puertos por los riesgos», aclaró.

De cara al futuro, manifestó: «Los pronósticos del Instituto Nacional del Agua son de una altura de 0,98 centímetros para el 14 y 0,90 centímetros para el 21 de este mes». «Los pronósticos meteorológicos no están dando grandes lluvias para este mes, incluso se espera un trimestre bastante seco, así que en el corto plazo no habría una mejora», señaló.

Por último, el titular de Defensa Civil se refirió al impacto que produce el aislamiento social obligatorio también en este sentido y señaló: «Si tuviésemos actividades recreativas la navegación se vería limitada porque aparecen bancos de arena y algunos troncos escondidos debajo del agua. Al estar prohibido, el único que está navegando es Prefectura haciendo controles y algunos pescadores artesanales autorizados, por lo que no hay inconvenientes».

Complicaciones de la bajante, según la Bolsa de Comercio de Rosario

Entre las principales problemáticas que esta situación trae aparejada en relación a la logística de exportación y que reportan las mismas empresas del sector y analistas consultados, se destacan:

  • Necesidad de ajustar el volumen de carga. En un Handysize o Handymax que normalmente carga entre 35.000 y 40.000 toneladas, cada pie de calado que baja el río representa una pérdida de dicha capacidad de carga de entre 1.500 y 1.800 toneladas. En un Panamax, con una capacidad de carga en tono a los 60.000 a 65.000 toneladas, perder 3 pies de profundidad implica dejar de cargar entre 6.000 y 7.500 t/buque. En el caso que carguen harinas, la pérdida puede ser menor ya que ésta cubica más (pesa menos por volumen de carga).
    En particular, en plena cosecha maicera, aquellas empresas que antes cargaban Panamax con 40.000 toneladas del cereal y completaban carga en Bahía Blanca/Necochea hasta las 60.000-65.000 toneladas, hoy salen del Gran Rosario con menos mercadería por la falta de profundidad obligándolas a cargar más maíz en esos puertos del sur bonaerense. Esto plantea problemas en la logística porque hay menor disponibilidad de cereal en el sur bonaerense y los costos de adquisición son más elevados
  • Demoras en el proceso de exportación. La bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema
  • Demoras en la llegada de las barcazas proveniente de Paraguay con soja. Las demoras se ubican entre 10 y 15 días. Esta mercadería es muy importante para la industria local porque, mezclada con poroto de soja de origen argentino, ayuda a elevar el nivel de proteína de la harina de soja para cumplir con las exigencias de la demanda internacional
  • Posibles demoras en la carga de buques con aceite de soja. Esto puede generar inconvenientes en las fábricas que tienen suficiente stock de mercadería para moler pero posiblemente tengan que demorar el ritmo de molienda, para no saturar la capacidad de almacenaje de aceite demorando -por tanto- el ritmo de exportación de harina
  • Posible ralentización del programa de embarques de maíz en Abril y Mayo, lo cual podría generar problemas de saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos. A su vez podrían darse menos cupos para camiones para que ingresen con maíz al Gran Rosario