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El difícil momento de las personas en situación de calle: ¿cómo ayudarlas?


La Municipalidad, en conjunto con ONGs y otros organismos de la sociedad civil, trabajan arduamente para que no les falte la comida. Además, se habilitaron refugios para quienes integran los grupos de riesgo

Por Gina Verona Muzzio

Cuando el gobierno nacional decretó el jueves pasado el “aislamiento social, preventivo y obligatorio” en todo el territorio argentino por la pandemia de Covid-19, algunos se habrán preguntado qué sucede con las personas en situación de calle, e incluso con aquellas que necesitan salir a trabajar para llevar el pan a la casa, porque no cuentan con un sueldo fijo o la ayuda de algún familiar o amigo. En Rosario, existen diversas organizaciones de la sociedad civil, voluntarios, scouts, entre otros, que, en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat de la Municipalidad, trabajan para seguir brindándoles un plato de comida a quienes no tienen un techo en el que resguardarse. Además, derivan a refugios habilitados a las personas mayores de 60 años y a quienes están incluidos en los grupos de riesgo de contraer coronavirus, por alguna enfermedad o padecimiento previo.

Así como pasa en distintos barrios de la ciudad, donde los comedores están desbordados y los voluntarios no dan a basto, quienes se encargan de hacer cotidianamente las rondas en las que se reparten raciones de alimentos no pueden detener su acción solidaria. Según comentó Jorgelina Calderón, miembro y fundadora de la ONG Integrarte, a CLG “las organizaciones que desempeñamos labores con personas en situación de calle” están contempladas dentro de las excepciones del decreto presidencial, para poder continuar con su indispensable tarea.

“Estamos acompañando la iniciativa de Desarrollo Humano y Hábitat para paliar el hambre de la gente en situación de calle. El Estado dispone de las comidas y las organizaciones repartimos y trabajamos un poco con la gente, porque somos quienes conocemos sus problemáticas, el estado de salud y demás. Vamos todos los días a las 19 horas al comedor universitario a buscar las viandas que nos dan y después las disponemos en distintos lugares”, relató Jorgelina a CLG.

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Además, habló sobre los refugios: “Son para personas mayores de 60 años o que tienen alguna problemática que los ponga en riesgo por el coronavirus. Son el Municipal, habilitado para veinte personas siguiendo un protocolo de salud, y La Casona, que es donde la Muni generalmente recibe a los contingentes. Lo dispuso para la gente en situación de calle. Se había dispuesto un tercero, que era el hogar de mujeres, pero se cerró porque no teníamos voluntarios que vayan. Así que La Casona se hizo mixta y estamos derivando a quien categorice dentro de estas normas”.

Calderón relató el desgarrador panorama que se vive en las calles en estos primeros días de cuarentena obligatoria. “Están comiendo de los volquetes. No hay comedores, la gente no sale a la calle, no tienen más recursos, tienen hambre”, explicó.

Asimismo, la referente de Integrarte dijo que la situación se amplía. No sólo son las personas en situación de calle las que necesitan un plato de comida, sino que su ayuda se está extendiendo a personas que usualmente trabajan, pero que no lo están pudiendo hacer en el marco del aislamiento. “Como organización, también estamos repartiendo comida a gente que no está en situación de calle, pero que no tiene para comer. Tengo muchísimos llamados de mujeres desesperadas, de taxistas, de personas que no tienen para darles de comer a sus hijos. Por eso seguimos haciendo colectas y tratamos de llegar a la mayor cantidad de gente posible”.

Y añadió: “Es gente que no puede salir a trabajar, no tiene otro ingreso y no puede sostener la diaria. También llevamos comida a personas que hemos podido reinsertar, vamos a las pensiones, a ayudar a personas con las que hicimos un trabajo para que salgan de la calle y hoy están a punto de volver por esta situación. Hay un caso de un chico que dejó a la mujer adentro de la pensión y salió a buscar comida porque hacía tres días que no comían. Se ven en esta situación, que terminan otra vez en la calle, con un estado de vulnerabilidad total”.

¿Cómo ayudar?

Desde cada hogar en donde los rosarinos pueden cumplir el aislamiento, trabajar desde sus casas o compartir tiempo en familia sabiendo que no les va a faltar la comida, todos pueden aportar su granito de arena para ayudar a quienes no tienen ese privilegio. Jorgelina pide encarecidamente que “todos nos pongamos un poco en los zapatos del otro”.

“Hay gente que les grita ‘negros de mierda, vayan a sus casas’, sin entender que esas personas no están en la calle porque quieren si no porque no tienen donde resguardarse como nosotros. Entonces también hay una cuestión de aquellas personas que no pueden ver más allá de ellas mismas, ponerse un poquito en los zapatos del otro. No es solo quedate en casa y cuidate vos que así vas a cuidar al otro. Hay un montón de gente que no tiene respuesta. Hoy los mayores de 60 sí, pero hay un montón más que no entran dentro del grupo que ingresa a los refugios”, dijo Calderón.

“Nosotros pedimos que las personas que pueden colaborar se comuniquen con nosotros, que coordinamos para buscar todo de una vez y salir lo menos posible. Nosotros sólo salimos a hacer esto, no es que andamos todo el día, tratamos de organizarnos para cuidarnos y cuidar al otro”, agregó. Para eso, pueden comunicarse al teléfono (0341) 153-408926.

De esta manera, explicó que los vecinos de un edificio pueden organizarse para realizar una colecta de alimentos, que hay muchos porteros que están embarcados en esta tarea solidaria tan necesaria. “Una vez que lo junten, nosotros podemos pasar una vez por semana, cada dos días, lo que sea”, indicó.

“Debemos tener en cuenta que lo mínimo, para ellos es mucho. Que podamos como institución llevarles un picadillo con un paquete de masitas, para ellos es mucho. Nosotros vamos a la noche y les dejamos cosas para el día siguiente, porque no tienen más recursos. Están comiendo únicamente lo que nosotros les damos”, ahondó.

Finalmente, en un llamado a que los rosarinos hagan a un lado la indiferencia, que abran los ojos y vean la gravedad de la situación para estas personas, Jorgelina afirmó: “Es necesario que la sociedad tome conciencia que la mitad de la población está en un estado de pobreza”.

Integrarte

La ONG de la que Jorgelina forma parte trabaja en la reinserción de personas en situación de calle. Si bien aborda cuestiones urgentes, como la vestimenta y garantizar un techo, el objetivo es mayor: es generar un espacio que se un puente, a donde las personas vayan, se traten y sigan su vida.

Según expresó Calderón a CLG, “el jueves, los ex combatientes empezarán a repartir la comida y nosotros vamos a quedar liberados para poder hacer otras actividades”. Y añadió: “Vamos a ir a los refugios, obviamente tomando las medidas sanitarias necesarias, a hacer algo por esa gente y trabajar en su reinserción posterior a todo esto que estamos viviendo. También a ayudarlos a sostener ese resguardo, porque son personas que no están acostumbradas a estar adentro y es muy difícil para ellos sostener una cuarentena”.