Ciudad

Dar clases en el Bachi de Tablada, donde recibirse es un acto revolucionario


Por Lorena Arroyo

“Hay estudiantes que no pudieron seguir yendo a clases porque no tienen para pagar la tarjeta del bondi o para darle de comer a sus hijos”. Con estas palabras culminaba la nota para Con la Gente Santiago Ilundaín, el profesor más antiguo del “Bachi”, como se lo conoce al Bachillerato de Educación Popular de La Tablada, creado en 2013, justamente con la premisa de generar condiciones para que no haya deserción en uno de los barrios con mayor índice de violencia de la ciudad.

¿Y cómo empieza? Contando que desde antes de recibirse como profesor de Lengua y Literatura tenía curiosidad por las experiencias de Educación Popular en Latinoamérica, que basan el proceso de aprendizaje en las prácticas, el razonamiento y el contexto social en el que está inmerso quien se educa, y cuyo máximo referente es el brasileño Paulo Freire.

Así fue cuando en 2012 una militante del Movimiento 26 de Junio le comentó que se estaba organizando una experiencia similar a los Bachilleratos de Educación Popular que tiene el Frente Popular Darío Santillán en Buenos Aires, y le propuso formar parte de este nuevo espacio, que estaría emplazado en el corazón de Villa Manuelita, uno de los barrios más “picantes de la ciudad”, como el mismo lo describe.

“Éramos diez profesores voluntarios y se inscribieron quince estudiantes de entre veinte y cincuenta años, en su mayoría de la Tablada”, recuerda el profe, quien relata que en cuanto a la organización “todo se daba bajo la dinámica de asamblea, ya que no había (ni hay) cuerpo directivo ni personal de limpieza, por lo que todos cumplían “todos los roles”.

“El primer grupo de egresados fue de seis estudiantes, la segunda camada de unos quince y la tercera veinte», comenta Santi, mientras que hoy el ciclo 2018 ya lleva más de sesenta inscriptos en lo que es la segunda experiencia de educación popular en Rosario. La otra, llamada La Ética, está en Nuevo Alberdi y es desarrollada también por el partido Ciudad Futura.

Sin reconocimiento del Ministerio de Educación

“Conseguimos que el Ministerio de Educación de Santa Fe avale los títulos de quienes se reciben a través de un establecimiento EEMPA de Barrio Rucci, y así puedan tener el reconocimiento de su trayectoria escolar”, comenta Santiago, pero se lamenta, porque ni como institución ni como docentes tienen reconocimiento, sueldos ni aportes de Estado tras varios pedidos.

Santiago asiste dos veces por semana al Bachi, situado en el pasaje Spiro al 300, a la altura de Grandoli al 3800. Además concurre las asambleas de docentes, y de equipo “muy necesarias para mantener la organización de la escuela”. Lo hace en bici.

El maestro afirma que es difícil sumar docentes porque “además de que se trabaja ad honorem, saliendo a la nochecita en un establecimiento donde no hay guardias de seguridad en un barrio pesado, y donde el bondi te deja a dos cuadras”, comenta Santi, cuyos compañeros sufrieron episodios de robos al entrar.