El sacerdote Óscar Muñoz Toledo, ex canciller del arzobispado de Santiago, fue relevado de su cargo y suspendido de sus labores de párroco tras auto denunciarse por un caso de abuso sexual, informó en las últimas horas esa entidad a través de un comunicado de prensa.
La auto denuncia ocurrió el último 2 de enero, pero la Iglesia chilena no la había hecho pública hasta ahora, cuando mediante el texto oficial dio a entender que la víctima podría haber sido menor de edad. El comunicado dice que “una vez concluida la correspondiente investigación previa, el expediente fue enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Santa Sede”.
El informe de la Iglesia concluye que, después de que Muñoz, de 56 años, se denunciara a sí mismo, “se implementaron medidas cautelares, siendo relevado de sus cargos de canciller de la curia y párroco, prohibiéndosele -además- el ejercicio público del ministerio sacerdotal”.
Muñoz participó tomando declaración a víctimas y testigos en las investigaciones de abusos sexuales del padre Fernando Karadima, un caso emblemático por involucrar a un sacerdote de alta exposición en la vida pública de Chile. El caso de abuso de Muñoz Toledo habría ocurrido fuera del entorno religioso, y al día de hoy no existe una denuncia ante el ministerio público en su contra.
La Iglesia decidió hacer pública la auto denuncia en un momento en el que la institución se ve envuelta en múltiples escándalos de abusos sexuales, y poco más de una semana después de que todos los obispos pusieran sus cargos a disposición del Papa Francisco durante un encuentro con el Pontífice en el Vaticano.