Economía
Opinión

El plazo fijo hoy es el peor negocio


Por Daniel Adler. Especialista en Educación Financiera

El plazo fijo es hoy el peor negocio para invertir, ni siquiera le gana a la inflación.

Tener el dinero físico guardado también es una mala idea.
Estar estancado con el dinero, sin que haga nada por nosotros, es perder siempre.

Hay muchas opciones para trabajar el dinero, pero primero se deben considerar algunas cuestiones.

La primera es nunca darle nuestros fondos para administrar a otra persona. Hay que aprender y diferenciar entre pasivos y activos. Un pasivo es algo que nos quita dinero, un activo es algo que nos suma.

En lo que va de la pandemia, 1.700.000 personas bajaron de clase media a clase baja en muy poco tiempo.
También retrocedió significativamente el sector pyme y la inflación se volvió incontrolable, con una gran cantidad de despidos y desempleados.

A pesar del duro panorama económico actual, también se están generando oportunidades interesantes producto de la creatividad de más personas que buscan como salir adelante.

Tenemos muchos ejemplos, durante esta cuarentena, de gente que trabajaba en relación de dependencia y decidió volcarse al emprendimiento, instalar pequeños o micro negocios y trabajar para su marca personal elaborando productos de diversa naturaleza, haciendo presentaciones en las redes sociales, buscando nuevas formas de comercialización.

La mejor inversión que puede hacer una persona hoy, con altas tasas de inflación y un dólar incontenible, es invertir en su activo más valioso: su propio cerebro.

Es imprescindible invertir en mejorar uno mismo para encontrar nuevas oportunidades ya que mantener dinero inmovilizado, perdiendo valor, es un gran error.

Una buena alternativa es invertir más en generar la marca personal y potenciar los negocios propios que sumen activos.
Se dice que la genialidad surge de la inspiración o de la desesperación, a veces sale más frecuentemente de la desesperación. .

Cuando un argentino se queda sin trabajo, busca amoldarse y estar mejor, tiene mucha creatividad.

Siempre recomendamos la creación de hábitos productivos, pasar tiempo de calidad, como levantarse un poco más temprano, invertir tiempo en nosotros, para acostumbrar a nuestro cerebro a estar enfocado y no dispersarnos.

Adquiriendo hábitos productivos es la forma en la que vamos a mejorar nosotros como personas y como emprendedores. Hay un principio que dice que nuestro mundo interior crea nuestro mundo exterior.

Si partimos de esa base y empezamos a mejorar nosotros, vamos a tener el tiempo y la lucidez para poder ver oportunidades.

En Argentina se tiene muy poco en cuenta el valor de la educación financiera y la gente intenta aprender donde y como puede.

Lamentablemente no se da este tipo de formación en los ámbitos educativos tradicionales.

Educación financiera no es saber de economía, es saber cómo manejarse con el dinero y tener un proyecto para poder vivir de esos recursos. Es algo perfectamente alcanzable.

Si bien la situación económica actual de la Argentina es compleja, hay que proponerse metas y desarrollar proyectos.
Es una realidad que tenemos que enfrentar porque no hay forma de hacernos los distraídos.

¿Cómo la afrontamos? Haciendo que el dinero trabaje para nosotros y ganando más dinero.

Para eso tenemos que entender que el ahorro no es una actitud empresarial, no vamos a generar más dinero ahorrando, debemos fijarnos metas de crecimiento y ponerles plazos.

Si entendemos la diferencia entre activo y pasivo, y qué es crear riqueza y cómo se crea una marca, ya estamos encaminados en alcanzar una meta.

Una meta puede ser de acá a determinado tiempo, por ejemplo pensar de acá a un año para tener un plan de comercialización, un nuevo packaging, tratar de mejorar nuestro producto cada día.

Los tiempos cambiaron y una persona ya no se considera valiosa por estar varios años en una misma empresa, en el mismo puesto de trabajo.

Estamos en la era de la información, ya no en la era industrial.

Los valores cambiaron: hoy el promedio de permanencia en el trabajo es de 4 ó 5 años promedio, cuando antes era de 40 años.

Hoy cualquier persona luego de los 38 años tiene un 80% menos de posibilidades de ser contratada por una compañía, por ende es muy importante la creación de una marca personal.

Cuando un cliente nos elige para vender un servicio o un producto, nos elige por el precio más bajo.

En cambio, si el cliente llega por nuestra marca, está comprando una promesa de calidad.