Los líderes se comprometieron este sábado a utilizar todos sus recursos en la cumbre que se realiza en Inglaterra
Los líderes del G7 se comprometieron este sábado a utilizar todos sus recursos para prevenir futuras pandemias, a través de una declaración calificada de “histórica” firmada en la cumbre que se realiza en Inglaterra. Durante su segundo día mostró diferencias en torno al Brexit y acuerdos sobre el avance de la influencia de China y Rusia.
Tras casi dos años sin reunirse, los jefes de Estado y Gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido volvieron a estar sentarse en torno a una mesa redonda tras el recibimiento del primer ministro británico Boris Johnson, anfitrión del evento en la localidad turística de Carbis Bay.
En el plano sanitario, tras prometer ayer la donación de mil millones de vacunas contra la COVID-19 a otros países, los líderes buscaron la manera de evitar nuevas crisis.
En ese marco, los países más industrializados del mundo acordarán la “Declaración de Carbis Bay”, un pronunciamiento que se oficializará este domingo en el fin de la cita y que establece una serie de compromisos concretos para evitar que se repita la devastación humana y económica provocada por el coronavirus.
Entre sus compromisos está reducir el tiempo de desarrollo de vacunas, tratamientos y diagnósticos, con la esperanza de estar listos en menos de 100 días para hacer frente a una enfermedad repentina.
También reforzar la vigilancia sanitaria y reformar la Organización Mundial de la Salud (OMS) para hacerla más fuerte.
La declaración no se pronuncia, sin embargo, sobre la propuesta de suspender las patentes de las vacunas para acelerar su producción, un tema divisorio que es apoyado por Estados Unidos y Francia pero rechazado firmemente por Alemania y la Unión Europea (UE).
Un asunto que sí se trató y que también expuso diferencias son las disposiciones que empezaron a regir a principios de este año en Irlanda del Norte tras terminar de concretarse el Brexit, la salida del Reino Unido de la UE.
El premier Johnson expresó la posibilidad de suspender de forma unilateral esa disposición, conocida como Protocolo sobre Irlanda del Norte, pese a los llamados de los europeos a que lo cumpla.
“Si se sigue aplicando de esta manera el protocolo, no dudaremos en invocar el artículo 16” que permite suspenderlo, dijo Johnson en declaraciones a la cadena Sky News.
La disposición, prevista por el Brexit, crea en el mar de Irlanda una frontera aduanera para evitar que la región autónoma de Reino Unido y la República de Irlanda, miembro de la UE, vuelvan a estar separadas por una frontera dura que reviva décadas de conflictos.
Londres decidió aplazar la mayor parte de los controles por los problemas que generaron para la llegada de suministros pero principalmente por el enojo que generó en los unionistas, que desembocó en disturbios, ataques y manifestaciones.
Tras una reunión con el primer ministro británico, al margen de la cumbre del G7, el presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró dispuesto a “resetear” la relación franco-británica, pero subrayó que eso exige “que los británicos respeten la palabra dada a los europeos”.
Orgulloso de su ascendencia irlandesa, el presidente estadounidense, Joe Biden, también reafirmó su compromiso con el protocolo, que, según dijo, garantizará la paz.
El encuentro, del que también participan como invitados Corea del Sur, Sudáfrica, Australia e India y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, es el primer viaje de Biden al frente de la Casa Blanca tras el gobierno de Donald Trump caracterizado por rechazar todo tipo de multilateralismo.
“¿Ha vuelto Estados Unidos” a la escena internacional tras los años de Trump?, preguntaron los periodistas en el primer encuentro entre Biden y Macron. “Absolutamente”, respondió el francés.
Por iniciativa del demócrata, el G7 lanzó también un plan mundial de infraestructuras que invertirá cientos de miles de millones de dólares en “países de renta baja y media”, buscando contrarrestar un proyecto chino denominado “nuevas rutas de la seda”, que consiste en grandes obras destinadas a reforzar su influencia internacional.
Aunque “los distintos socios del G7 tendrán orientaciones geográficas diferentes”, el proyecto “tendrá un alcance global, desde América Latina y el Caribe hasta África y el Pacífico”, aseguró la Casa Blanca.
“No se trata de empujar a los países a elegir entre Estados Unidos y China. Se trata de proponer otra visión y otro enfoque”, afirmó un alto responsable estadounidense.
Las organizaciones sociales también se hicieron escuchar durante el encuentro.
La ONG denunció que la llamada “Declaración de Carbis Bay” para frenar nueva pandemias “no resuelve los problemas fundamentales que impiden que las vacunas sean accesibles a la mayoría de la humanidad”.
Los activistas también se hicieron oír en el plano climático, con cientos de surfistas que se lanzaron al agua para exigir que se tomen medidas para proteger el océano.
El G7 tiene previsto debatir formalmente este domingo sobre la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad, preparando el terreno para la conferencia de la ONU sobre el clima, la COP26, que se celebrará en noviembre en la ciudad escocesa de Glasgow.