El hecho ocurrió en la localidad bonaerense de Quilmes. La policía fue alertada por un llamado al 911 realizado primero por los vecinos y luego por la víctima
Un hombre de 61 años fue detenido en Quilmes por la Policía bonaerense tras golpear y encerrar a su esposa, porque «la comida que preparó estaba salada». Los uniformados encontraron a la mujer de 57 años en estado de shock con moretones en el rostro y heridas en sus orejas.
Fuentes policiales y judiciales informaron que se hicieron presentes en el lugar de los hechos, tras la denuncia de los vecinos, quienes escucharon fuertes gritos de la mujer. A pesar de que los policías intentaron ingresar a la casa de forma pacífica, el hombre no quiso abrir la puerta
Desde el 911 lograron comunicarse con la mujer, la cual comenzó a gritar y a pedir auxilio, por lo que los agentes debieron ingresar por los techos.
Dentro de la casa encontraron al violento, llamado Alejandro, que en todo momento se resistió a acatar las órdenes policiales, por lo que fue detenido.
Tras inspeccionar la vivienda, hallaron a la mujer de 57 años encerrada en un galpón en el fondo del domicilio de la calle 897 al 6.800.
Según detalló la mujer, su esposo la había golpeado, encerrado y amenazado con armas de fuego. «Todo se desencadena cuando él se enoja porque la comida estaba salada y le empieza a pegarle trompadas en la cara y en el oído. La mujer está todavía en el hospital», precisó uno de los investigadores de los hechos.
En la casa, los uniformados encontraron un rifle de aire comprimido calibre 5,5 milímetros, una pistola marca FM calibre 9 milímetros, un revólver .38, una pistola calibre .25, más de 150 proyectiles de diversos calibres, una bayoneta y tres cuchillos.
Quien está a cargo del caso es el fiscal Alejandro Ruggeri, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 especializada en Violencia Familiar y de Género, dispuso la aprehensión del acusado por el delito de «lesiones leves agravadas en el marco de violencia de género». El hombre será indagado el miércoles por ese delito.
«No había denuncias previas pero la mujer refirió que la convivencia era en un marco de violencia», concluyó la fuente.