Se celebra tras un acuerdo hecho en 2005 entre ambas naciones, por los entonces presidentes Néstor Kirchner y Ricardo Lagos.
El Día de la Amistad Argentino-Chilena es una conmemoración binacional celebrada en Argentina y Chile tras un acuerdo hecho en 2005 entre ambas naciones, por los entonces presidentes Néstor Kirchner y Ricardo Lagos.
El documento firmado entre ambas naciones subraya que la fecha será conmemorada en los institutos educativos de Argentina y Chile, y señala además que los gobiernos de ambos países coordinarán la creación de un premio de las artes y la cultura a entregarse todos los 5 de abril a partir del año 2006.
Asimismo, un año antes, el senado del gobierno chileno pide declarar el 29 de noviembre como «Día de la amistad y la Paz entre hermanos chilenos y argentinos».
El origen de este día se remonta a la Batalla de Maipú, un duro enfrentamiento armado entre las fuerzas patriotas del Ejército Unido al mando del capitán José de San Martín, y el Ejército Real de Chile bajo las órdenes del general Mariano Osorio.
El enfrentamiento tuvo lugar un 5 de abril de 1818, en el valle de Maipú. La victoria de las tropas chilenas puso un fin definitivo a la ocupación española de Chile, no sin traer consigo miles de pérdidas humanas. Una vez finalizada la batalla, cuando la noticia llegó a Buenos Aires días después, se organizaron festejos para celebrar lo ocurrido.
Dicen que la lucha duró más de cuatro horas hasta que el ejército realista se retiró de la batalla y huyó hacia el sur, siendo reemplazado por el coronel Ordóñez, quien finalmente también se rendiría.
Un momento célebre que marca este día es «el abrazo de Maipú», debido al gesto que se dieron los generales Bernardo O’Higgins y José de San Martín, bajo el alero de la Virgen del Carmen, sellando la Independencia de Chile.
“Acabamos de ganar completamente la acción. Un pequeño resto huye: nuestra caballería lo persigue hasta concluirlo. La Patria es libre” diría San Martín al finalizar la batalla.
O’Higgins, al encontrarse con San Martín, exclama «¡Gloria al salvador de Chile!»; a lo que el general responde: «Chile jamás olvidará su sacrificio presentándose al campo de batalla con una gloriosa herida abierta».
Este momento quedaría plasmado en la historia, siendo posteriormente representado en diversas pinturas, el retrato muestra a un Bernardo O´Higgins herido estrechando su mano en señal de unión y victoria con el argentino José de San Martín.