Un sujeto de 29 años fue condenado por el crimen de Katherine Quinteros, de 19 años, a quien mató a puñaladas en febrero de 2018
Un hombre de 29 años fue condenado hoy en la localidad de Venado Tuerto a prisión perpetua por el femicidio de su ex pareja, de 19 años, a quien mató a puñaladas en febrero de 2018 en su casa de Rufino, a la que concurrió a pesar de que tenía una restricción de acercamiento.
La sentencia fue impuesta por unanimidad por el tribunal integrado por los jueces Eduardo Bianchini, Paula Borrello y Benjamín Révori en un juicio oral y público que finalizó durante esta jornada en los tribunales de Venado Tuerto, que tiene jurisdicción sobre la ciudad de Rufino.
El tribunal condenó a prisión perpetua a Oscar Walter Cejas (29) por el delito de «homicidio agravado por el vínculo y por ser perpetrado por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio)».
El crimen ocurrió el 14 de febrero alrededor de las 23 en la vivienda de Gardel al 1500 de Rufino en que la víctima, Katherine Macarena Quinteros (19), residía junto a sus dos hijas mellizas, producto del vínculo con Cejas.
Según se determinó durante la investigación, existían antecedentes de violencia ejercida por el hombre hacia la mujer, que incluso habían sido judicializados.
Voceros del caso recordaron que la pareja se había separado y Cejas no vivía más en la vivienda donde Katherine residía con sus hijas mellizas, lindante con el domicilio de sus padres, él tucumano y ella entrerriana.
El femicidio ocurrió en la misma localidad santafesina en la que tres años antes, en mayo de 2015, fue asesinada la adolescente Chiara Páez, cuyo crimen fue el desencadenante de la primera marcha por el «Ni Una Menos».
Los fiscales del juicio, Horacio Puyrredón y Mariana Vidal, explicaron hoy tras la sentencia que “el delito fue cometido aproximadamente a las 23” del 14 de febrero de 2018 y que “el acusado le asestó una puñalada en el tórax a Quinteros con un arma cortante tipo cuchillo”.
Según los fiscales, luego de cometer el femicidio, Cejas se dio a la fuga con el arma homicida en dirección a la Ruta Nacional número 7 pero finalmente fue aprehendido por personal policial alrededor de las 4 de la madrugada en una estación de servicios.
Según se ventiló durante el juicio oral, el condenado no aceptaba el rechazo de su expareja, quien con anterioridad había obtenido del Poder Judicial una medida de restricción de acercamiento a su domicilio.
Tras separarse de su pareja, Quinteros tenía la intención de retomar sus estudios secundarios, que había abandonado por el embarazo de las mellizas, contaron sus familiares luego del crimen.
“Si bien la estrategia defensiva fue intentar plantear circunstancias extraordinarias de atenuación en el accionar de Cejas, el tribunal descartó estos argumentos”, dijo el fiscal Puyrredón.
Agregó que “de ninguna manera puede entenderse que presuntas conductas de la víctima podrían atenuar la pena para el condenado”.
La fiscal Vidal indicó que “en el debate quedó claramente acreditado el femicidio como tal y la violencia de género preexistente que venía sufriendo Quinteros”.