A pesar de la intensa agenda de trabajo que demanda la lucha contra la pandemia, el secretario de Salud municipal se sumó al homenaje de CLG en reconocimiento a la obra emprendida por el médico socialista
Por Leonardo Caruana
Hermes es para muchos de nosotros el amigo con quien, entre mates, aprendimos una forma diferente de pensar la salud. Marcaba siempre que el trabajo en salud tenía que enfocar la mirada en la población. Los equipos teníamos que pensar no sólo en la enfermedad, sino también en las condiciones de vida de la gente: la casa, el barrio, el agua. Nos enseñó a tener los ojos abiertos y los oídos atentos, a ser desobedientes frente a las respuestas simplistas, para poder develar la complejidad de los problemas.
Resaltaba que la acción no podía superar nunca el contenido, por eso siempre estaba estudiando, apasionado, porque para él, el hacer no podía disociarse del sentido de las prácticas y para ello era necesario conocer.
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Tenía en claro que las transformaciones no se construyen sobre los hombros de un gran hombre, sino sobre los hombros de un potente colectivo humano. Y fue una persona que supo liderar esa construcción colectiva, supo construir diálogos entre pares, nos demostró que el diálogo entre muchos es posible. Nos decía: ‘dar la palabra a la gente es un acto de aprendizaje’. Creo que esa horizontalidad, esa cercanía, es parte de la fortaleza de la salud pública rosarina hoy.
Hermes tenía la característica de hacer fácil lo complejo, el valor para desprenderse de las certezas y la capacidad para ver oportunidades allí donde otros veían problemas. No se conformaba con lo posible, no se adaptaba simplemente a las circunstancias y con su impulso, con su rebeldía, levantó huracanes. Se animó a pensar y a proyectar lo que entonces parecía imposible.
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Hermes se jugó a la salud pública como su eje de construcción política. Pero no se limitó a una visión cortoplacista, limitada a los períodos electorales, sino que sentó las bases de reales políticas de Estado que transcendieron sus gestiones. Su claridad estratégica, su flexibilidad táctica le permitieron transitar momentos críticos y tornarlos en potencia.
Hermes para el colectivo de la salud pública rosarina sintetiza ideales, sueños, valores, y muchas concreciones. Es un amigo y un compañero, un líder que nos inspira y que nos transmite siempre una nueva pregunta, en el esfuerzo continuo que sostenemos día a día por construir una sociedad más justa, más democrática: una sociedad de pares.
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