Policiales

Crimen de Fernando Báez Sosa: ¿en qué quedó la causa?


Los rugbiers están aislados en la Alcaldía de Melchor Romero. La defensa busca que la Cámara de apelaciones anule las declaraciones indagatorias y cancele las prisiones preventivas.

Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Blas Cinalli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz, Luciano Pertossi, Matías Benicelli y Lucas Pertossi, los ocho rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa, el 18 de enero pasado en Villa Gesell, se encuentran realizando el aislamiento social preventivo y obligatorio en la Alcaidía La Plata 3, de la cárcel de Melchor Romero.

La defensa está a la espera de que esta semana la Cámara de Apelaciones y Garantías de Dolores resuelva el pedido de anular sus declaraciones indagatorias, apartar a la fiscal de la causa y revocar las prisiones preventivas en su contra.

El defensor de los ocho jóvenes, Hugo Tomei, había solicitado la prisión domiciliaria antes de que se iniciara la cuarentena obligatoria por el coronavirus y lo reforzó posteriormente, pero los acusados no estarían dentro de las excepciones impuestas por la corte en su resolución relativa al virus.

La pandemia detuvo la mayoría de la actividad judicial y con ella se suspendieron momentáneamente las pericias psicológicas a los imputados que debían realizarse en Asesoría Pericial. El recurso presentado por el abogado Tomei apela el fallo del juez de Garantías David Mancinelli, quien en febrero no hizo lugar a su pedido de anular las indagatorias, apartar a la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, y levantar las prisiones preventivas.

En tanto, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, emitió un dictamen ante la Cámara en el que pidió que el recurso de la defensa debe ser rechazado por “inadmisible”. Tomei busca la nulidad de todo el procedimiento judicial desde la noche del 19 de enero, el día posterior a la detención de los rugbiers.

Mientras, los rugbiers siguen detenidos en el Pabellón 6, en celdas de a dos, donde a partir de la expansión del coronavirus pasan un poco más inadvertidos para el resto de los presos. Tienen dos horas de recreo diarias para salir al patio los ocho juntos. No comparten con el resto de la población el comedor, sino que se llevan sus viandas a sus celdas. Tampoco pueden tener contacto directo con sus parientes aunque reciben encomiendas de ellos. Pasan sus horas jugando a las cartas, leyendo y haciendo ejercicio.

Por su parte, Graciela Sosa, la mamá de Fernando Báez Sosa habló este miércoles en una entrevista con Canal 13. dijo que la cuarentena sin su hijo «es muy difícil sobrellevarla. Al no poder salir o compartir con otra gente, cada día sentimos que extrañamos demasiado a Fernando”.