Investigadores de Perú, Brasil y Bolivia vienen rastreando el origen de la civilización incaica, la más grande población precolombina, a través de estudios genéticos que realizan a descendientes contemporáneos de los emperadores incas.
Es el primer «estudio genético sobre la familia imperial inca», que busca develar si existió una relación patrilineal única, es decir un solo patriarca inca o si existió más de uno.
Además, se busca comprobar si el imperio del Tahuantinsuyo, que se extendía desde el actual Ecuador hasta Chile, se originó de descendientes de Puno o del Cusco, según narran dos leyendas sobre su fundación.
«Luego de tres años de seguimiento de las huellas genéticas de los descendientes, confirmamos que las dos leyendas que narran el origen de la civilización incaica (1200-1533 d.C.) estarían relacionadas», señalaron a la AFP los peruanos Ricardo Fujita y José Sandoval, científicos de la Universidad San Martín de Porres que participaron de la investigación.
Los primeros resultados del estudio fueron publicados en abril por la revista Molecular Genetics and Genomics. El informe dice que, a partir de un banco de muestras de ADN de más de 3.000 nativos de Perú, Bolivia y Ecuador, compararon la información genética de los descendientes de los incas que aún viven en el Cusco y en poblaciones cercanas al lago Titicaca.
«A la conclusión que hemos llegado es que la nobleza del Tahuantinsuyo desciende de dos linajes, uno de la zona del lago Titicaca en Puno y el otro de la montaña de Pacaritambo en el Cusco. Eso nos indica que las leyendas sobre la fundación se mantienen y que podrían ser un solo escenario», señaló Sandoval.
Una de las dos leyendas que recogen los cronistas tras la conquista española es la de la pareja Manco Capac y Mama Ocllo, que salen del lago Titicaca (región Puno, lengua aymara); y la otra es la de los hermanos Ayar, que salen de la montaña del Pacaritambo en Cusco (lengua quechua).
«Probablemente del altiplano (Puno) salió una migración inicial que se estableció en Pacaritambo por algunas décadas para luego dirigirse al Cusco y fundar el Tahuantinsuyo», dijo Sandoval.
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– ADN de descendientes -.
Para la investigación se utilizaron 12 familias de los distritos de San Sebastián y San Jerónimo en el Cusco, «porque tienen un contexto histórico de genealogía, existen documentos en los cuales se indica que desde 1570 esas familias fueron reportadas con linajes de los incas», explicó Fujita.
También se tomaron muestras de ADN de pobladores del lago Titicaca y de Pacaritambo.
«Se les comparó con nuestra base genética de más de 3.000 personas para reconstruir el árbol genealógico de todos los individuos», agregó. «Al final la redujimos a cerca de 200 personas que compartían semejanzas genéticas cercanas a la nobleza inca».
Los resultados preliminares indicaron que 18 personas están estrechamente relacionadas con las poblaciones nativas que habitan en el sur del Cusco, así como en el altiplano peruano y el norte de Bolivia.
«Lo que nos dice que los antepasados de los incas vinieron de lago Titicaca haciendo escala en Pacaritambo».
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– En busca de entierros -.
La investigación ahora busca determinar con exactitud los orígenes de los incas.
«Para eso es necesario tomar ADN de vestigios como momias que estén registrados en crónicas o documentos oficiales que son hijos o nietos de los incas, para formar el panorama más completo del origen de la civilización más importante prehispánica», sostuvo Fujita.
Esos restos aún no han sido hallados porque en el siglo XVI, cuando los españoles invadieron el Tahuantinsuyo, se impuso el adoctrinamiento y la evangelización, destruyendo y quemando las momias de incas, que los familiares veneraban y sacaban en procesión.
Ante ese hecho, los investigadores están detrás de la ubicación de los entierros de los descendientes directos para lo cual se apoyan en las crónicas y documentos oficiales de la época.
El experto aseguró que el ADN complementa a la arqueología, a la antropología, a todos los tipos de estudio que comprende el origen de una especie.
«En este caso, nosotros usamos la vía de la herencia, que es lo que estudia la genética, la transmisión de rasgos moleculares a través de generaciones».