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Aún hay pasajeros varados en Miami tras el incendio en la turbina de un avión


"Sigo acá, me dicen que vuelvo esta noche, pero ni siquiera me quieren pagar el traslado desde el hotel al aeropuerto", dijo Carolina, una de las pasajeras del vuelo 7821 de la empresa LATAM

«Sigo acá, me dicen que vuelvo esta noche, pero ni siquiera me quieren pagar el traslado desde el hotel al aeropuerto», dijo Carolina, una de las pasajeras del vuelo 7821 de la empresa LATAM

Un pequeño grupo de pasajeros argentinos que vivió momentos de pánico el sábado pasado por la noche cuando una de las turbinas del avión que estaba por despegar de Miami a Buenos Aires se prendió fuego, permanecía hoy varado en esa ciudad estadounidense.

«Sigo en Miami, me dicen que vuelvo esta noche, pero ni siquiera me quieren pagar el traslado desde el hotel al aeropuerto. Estamos agotados», dijo a Télam Carolina, una de las pasajeras del vuelo 7821 de la empresa LATAM.

Una de las turbinas del avión Boeing 767-316 que iba a despegar desde Miami en vuelo directo a Buenos Aires a las 19.15 hora argentina con 203 pasajeros, el 90 por ciento argentinos, se prendió fuego mientras carreteaba en la pista.

Esto generó momentos de pánico en los pasajeros que sufrieron ataques de angustia «dado que la tripulación no les explicaba nada ni los dejaba salir», coincidieron varios pasajeros consultados por Télam.

Relataron que cuando se produjo el primer «fogonazo» muchos se arremolinaron y se pasaban los niños por arriba de los asientos, hubo personas golpeadas al intentar salir presa del pánico».

Indicaron además que después de ese susto grande y de esperar 40 minutos dentro de la aeronave, bajaron apurados pero bien.

La odisea continuó en el aeropuerto durante la reprogramación del vuelo.

«Allí la empresa separó a algunas familias y las envió por otras rutas, algunas de las cuales con 29 horas de viaje, mientras que si bien pago un alojamiento dieron tickets que no alcanzaban ni para la mitad del desayuno» .

La empresa lamentó en un comunicado «las molestias ocasionadas a los pasajeros» y explicó que «en todo momento se tuvo en cuenta su seguridad».

«Latam Airlines Argentina informa que el vuelo LA7821 (Miami-Buenos Aires) del día sábado 4 de enero, registró presencia de humo y fuego en la puesta en marcha del motor izquierdo, mientras estaba detenido y antes de iniciar el proceso de despegue», dice el comunicado, aunque los pasajeros señalan que el avión estaba carreteando cuando se produjeron las llamas.

Y asegura: «La compañía realizó el procedimiento establecido ante esta situación, resguardando en todo momento la seguridad de sus pasajeros. En este sentido, el rol de la tripulación fue clave».

«Yo voy a quedarme unos días en la casa de unos familiares que viven acá, voy a ver cómo vuelvo. Estoy muy asustada todavía y no quiero subirme a ningún avión», dijo por su parte Sofía, quien viajaba sola de regreso a Buenos Aires y sufrió un ataque de pánico

La misma situación atravesaba Rosemery: «Sólo de pensar en subirme de nuevo a un avión se me cierra el pecho y no puedo respirar», contó la mujer.

«Estuve en el #vuelodelinfierno, un día y medio despiertos, deambulando en los aeropuertos de Miami y San Pablo. Tenía vuelo directo, llegamos a medianoche y nos dieron sólo un voucher de desayuno. Háganse cargo por el daño!», se quejó en su cuenta de Twitter Patricia Robles.

Según comentaron los pasajeros a esta agencia, el incendio se produjo «durante el carreteo previo al despegue».

«En ese momento se iniciaron las corridas y el pánico, mientras desde afuera intentaban apagar las llamas. Cuando apagaron el primer fogonazo nos mandaron a sentar de muy mal modo y sin ningún tipo de explicación, pero cuando el piloto quiso mover otra vez el avión, hubo otro fogonazo y llamaradas», recordó a Télam Ariadna, otra de las pasajeras.

Por su parte Brenda señaló que «tras más de 40 minutos dentro de la aeronave y con la tripulación queriendo minimizar la situación, abrieron las puertas para que pudieran salir, en el medio las corridas y el pánico de la gente, algunos niños que le preguntaban a sus padres si iban a morir y muchos con crisis nerviosas».

Y Fabiana, quien también viajaba en ese avión, coincidió: «Estoy desesperada, no sé si voy a poder subir a un avión de nuevo y mi hija y nieta viven en México, no sé si podré volver a verlas. ¿Quién va a pagar un tratamiento para superar esto?»

Roberto contó por su parte que «me volví a Lima con mi abuelo con la presión por las nubes, el cuerpo hinchado, 82 años, fuimos a ver a la hija este era su último viaje, ya que su cuerpo no le iba a permitir volver, por eso pedimos vuelo directo y terminamos rondando 20 horas por los aeropuertos»

Muchos pasajeros aseguraron que iniciarán acciones legales contra la compañía por los daños económicos, psicológicos y laborales sufridos.