Por Mario Luzuriaga
Si se habla de oficio, Carlos Portaluppi es uno de esos hombres que siempre se destacan y honran la profesión de actor. Siempre con roles diversos y personajes memorables, hoy en día está viviendo un excelente momento en la escena comercial e independiente.
Por un lado, se viene luciendo por tercera vez interpretando a un despreciable ser que habita en la cárcel de San Onofre, llamado «Morcilla», en «El Marginal»; y a la vez sale de gira con «Perfectos desconocidos», obra dirigida por Guillermo Francella que llega pronto a Rosario, en la que compone a un personaje distinto y admirable.
Portaluppi habló con CLG acerca de su presente y sus interpretaciones en cine, televisión y teatro.
—¿Cómo te sentís por la propuesta de hacer «Perfectos desconocidos»?
—Es un placer porque me tocar hacer un personaje muy lindo, que tiene mucho humor. Es una maravilla porque la adaptación que hizo Guillermo (Francella) de la película de Paolo Genovesse es muy fiel. Desde los ensayos vi que Guillermo es un maestro de la comedia y fue un disfrute increíble.
—¿Qué es lo más lindo que tiene tu personaje?
—La sensibilidad que tiene Pepe es hermosa, la manera de relacionarse, la inocencia y también el misterio que conlleva, como todos lo personajes que tienen «una novedad importante». Tiene mucha dignidad, es un ser muy noble.
—Obviamente se llevan bien en la obra, pero al conocer la historia, deben hacer de las suyas con el personaje de Peto Menahem.
—Con Peto es un placer trabajar, ya he trabajado con él desde 2000, tiene un sentido del humor increíble. Es un gran compañero y las pelotas van y vienen entre los dos. Nos divertimos mucho porque es un amigo.
—Tengo que preguntarte por otro personaje, que hoy día es clave en tu carrera, que es «Morcilla», de «El Marginal. ¿Cómo lo ves?
—La primera temporada, para mí, tuvo gusto a poco porque estuve en tres capítulos. Finalmente las precuelas me permitieron desarrollar ese ser tan particular, tan políticamente correcto o no, manejándose tanto para con su mundo, como para el del espectador. Es un ser despreciable, pero tuve la suerte de poder encararlo por pedido de Sebastián Ortega, que me pidió que así fuera. En esta tercera temporada, el tipo tiene que estar con los Borges para poder pasarla relativamente bien.
—¿Se vienen muchos proyectos?
—Estoy haciendo mucho cine y teatro, que nunca dejo de hacer. Hace poco hice dos películas que están en preproducción con temas muy importantes en la actualidad, uno sobre el tema de la eutanasia y sobre trata de personas.