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Política y Economía

#EntrevistaCLG - Parte I

“Macri será el peor presidente de la historia democrática argentina”


El secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza, Alberto Botto, valoró el compromiso del MSR para que "el modelo neoliberal sea derrotado para siempre"

 

Por Franco Albornoz

Su experiencia en la lucha por los derechos de los trabajadores y su militancia en la calle le permitieron al titular del Movimiento Sindical Rosarino (MSR) y secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, Alberto Botto, anticipar previo al balotage de 2015 las políticas de ajuste contra los trabajadores que pensaba implementar Mauricio Macri antes de ser electo presidente.

Con conceptos claros y definiciones contundentes, el gremialista, que recibió a CLG en su oficina ubicada en el cuarto piso del gremio, aseguró que no se equivocó en su diagnóstico, y no dudó en afirmar que el mandatario nacional “será recordado como el peor presidente de la historia democrática argentina”.

En la primera parte de una extensa entrevista mano a mano, el líder sindical celebró el contundente triunfo en las Paso del Frente de Todos, hizo un análisis profundo del convulsionado presente que viven los trabajadores de todo el país y habló del compromiso que se propusieron los gremios que conforman el MSR para “derrotar al modelo neoliberal para siempre”.

—Hoy los medios nacionales replican manifestaciones contra el gobierno nacional que se dan a lo largo y ancho del país. Pero de alguna manera la resistencia a las políticas de Cambiemos comenzó de la mano del Movimiento Sindical Rosarino allá por el año 2016…

—Se fue dando paulatinamente. Nosotros previo al balotage de 2015 ya hablábamos con la gente de las políticas que quería implementar Macri, y lo que eso representaba. Le contábamos que nos iban a transportar a lo más feo de 2001. Lo hacíamos no solo en nuestro gremio. Sino por fuera también. Cuando asume la primera medida que toma es la salida del cepo, lo que generó una devaluación del 40 por ciento. Una pérdida enorme del poder adquisitivo que los trabajadores no recuperamos más. Todo continuó con el ataque a la Ley de Medios, y recuerdo que en ese momento organizamos un abrazo solidario en la sede local de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afca). Ahí notamos un compromiso de enfrentar al modelo. Y todo se dio muy rápido: el 15 de febrero de 2016 se relanzó el MSR en Luz y Fuerza. A partir de allí nos seguimos movilizando.

—¿Costó lograr esa unidad de los gremios locales?

—No nos costó juntarnos. Básicamente porque seguían las malas noticias con la quita de subsidios y apertura indiscriminada de las importaciones. Y muchas otras promesas incumplidas del gobierno. Siguieron los ataques contra la industria nacional, el salario y el consumo interno, que en definitiva era lo que movía la economía y hacía que la gente viva un poco mejor. Mientras, al agro y a la minería les devolvían las retenciones, a nosotros no nos sacaban el impuesto a las Ganancias. Un combo de medidas antipopulares que generó que nos empecemos a movilizar. Devaluación, ajuste y represión. Banderas claras del neoliberalismo, que derivó en el gran acto que se hizo el 7 de junio 2016 en Plaza Montenegro donde pedimos el primer paro nacional. Un reclamo que fue tomado por medios nacionales, pero recién llegó un año después. Los paros siempre fueron sin movilización y desde Rosario decidimos movilizarnos en aquel entonces.

—La postura del Movimiento Obrero frente a un gobierno neoliberal es clara. Pero los gremios tienen una pertenencia política mayoritaria a una estructura partidaria que es el PJ, con grandes chances de gobernar después del 10 de diciembre. ¿Cuál estima que será el rol del sindicalismo con un gobierno peronista?

—La unidad en la acción será más fácil de consolidar con un gobierno peronista. No tengo dudas de eso. También es cierto que hubo una gran confusión en los 90 porque un gobierno que se dijo peronista llevó a cabo políticas neoliberales muy profundas, que terminó con la crisis de 2001. Los jóvenes se iban del país para buscar un futuro. En 2015 pasó algo parecido. La gente fue víctima de un engaño, por medio de un sistema de propaganda muy efectivo. Hay que reconocer que Macri nunca dijo lo que terminó haciendo. Y su gestión quedó deslegitimada desde la palabra. Desde el Movimiento Obrero tendremos que tener mucha paciencia. No va a ser fácil salir de esta situación en las que nos dejó Macri. Aunque gane la fórmula Fernández – Fernández no van a venir soluciones mágicas. El deterioro por el endeudamiento que nos dejan y las condiciones de Argentina con cierre de planes sociales y dolarización de tarifas costará mucho regularizar. Será fundamenta normalizar la CGT y acompañar al gobierno que comenzará luego del 10 de diciembre.

—¿Cómo valora las últimas medidas tomadas por el gobierno nacional luego de las elecciones primarias?

—Son medidas electoralistas para ver si pueden remontar algo que no van a poder. El pueblo dio su veredicto en las Paso con una diferencia muy clara. En su momento el relato superó a la realidad, ahora la realidad los golpeó en la cara, porque lo que hicieron fue demencial. Se metieron con la comida de la gente, basta recorrer los barrios para chocarse con el hambre y un deterioro social terrible. Macri será recordado como el peor presidente de la historia democrática argentina. Y por eso políticamente estamos identificados con el Frente de Todos, acompañando la lista que encabeza Marcos Cleri en la categoría de diputados.

—En ese contexto de crisis, ¿cómo hacen desde Luz y Fuerza para invertir y poder brindarles más comodidades a los afiliados?

—El gremio venía bien administrado en sus recursos, pero también había demandas de los afiliados a las que había que dar cumplimiento y resolver cuestiones que estaban postergadas. Tenemos una gestión muy honesta y de mucha transparencia. El sindicato estaba muy bien administrado y está muy sano desde lo económico, sin inconvenientes. Por eso en los últimos años pudimos poner en valor cuatro edificios en las seccionales, hacer una pileta, vestuarios nuevos y un Salón de Usos Múltiples (SUM) en el campo de recreo. Compramos una casa para la filial de Villa Gobernador Gálvez y el predio del ex bar Olimpo que se lo cedimos en comodato a los compañeros de LT3, con la intención de salvar un medio emblemático y la fuente de trabajo de decenas de compañeros. Creo que la solidaridad de clase es algo que la dirigencia gremial tiene que llevar como bandera. Siempre con unión y organización, que son los valores del sindicalismo. Hacer solidaridad es resistir este modelo que promueve el individualismo, y desde Luz y Fuerza buscamos fortalecer y elevar los valores humanos.

—¿Qué falta por hacer?

—Hay muchos objetivos planteados para seguir creciendo. Estamos remodelando el edificio y adaptándolo a las nuevas necesidades. También tenemos nuestras expectativas centradas en que este modelo sea derrotado, porque fue un compromiso que tomamos con el MSR. El modelo del hambre debe caer el 27 de octubre en las urnas, para que el 10 de diciembre sea el último día que Macri gobierne Argentina. Y será una dura tarea que no se vuelva a reinstalar nunca más un modelo así en el país.