Este 20 de agosto se conmemora el Día Mundial de las papas fritas, sin duda uno de los alimentos más versátiles y que se ha convertido en parte importante de nuestro día a día.
El origen de las papas fritas lo disputan Bélica y Francia, aunque el chef Albert Verdeyen, coautor del libro Carrément Frites, afirma que son belgas y que nacieron en Namur cuando el río Mosa se congeló durante el invierno de 1680.
Como los pobladores acostumbraban a comer pescado al no tener de dónde obtener su alimento por el congelamiento del río tuvieron que freír papas y así fue como nació este complemento alimenticio.
Bélgica ha hecho peticiones a la Unesco para que se respalde a las papas fritas como un ícono oficial del patrimonio cultural belga, pero no han podido respaldar sus afirmaciones por lo que la solicitud no ha prosperado.
Por su parte, Francia afirma que esta preparación nació a finales del siglo XVIII en el Pont-Neuf, el puente más antiguo de París, cuando se vendía en carritos.
Incluso, existe una diferencia en la cocción: los franceses las preparan solo en aceite y los belgas lo realizan en dos etapas: en aceite y con grasa.
El uso de la papa como alimento se establece hace alrededor de 7.000 años, en la región andina de América del Sur, que comprende los actuales países de Perú y Bolivia, donde se cultivaron desde esos tiempos, innumerables variedades. Con el tiempo, su uso se extendió por todo el mundo y se convirtió en un alimento básico en la gran mayoría de los países.
Sin embargo, se desconoce quién fue el inventor de proclamar el 20 de agosto como Día Mundial de las Papas Fritas, pero evidentemente la sociedad lo ha apoyado.