Este martes se conoció la sentencia del juicio por la explosión de calle Salta 2141 donde fallecieron 22 personas. De los once imputados, solamente el gasista que trabajó ese 6 de agosto de 2013 en el edificio fue condenado. Quedaron absueltos los responsables de la administración del edificio y el personal de Litoral Gas. Los familiares de las víctimas, indignados con el fallo.
«Es una vergüenza nacional lo que pasó en este tribunal. Creí que iban a reivindicar un poco la justicia argentina. Vamos a ir hasta el final, la Fiscalía nos va a acompañar», remarcó Sonia la mamá de Débora Gianángelo, única familia que continuó como querellante en la causa.
«Cómo puede ser que sólo una sola persona sea la culpable», se lamentó.
«Los jueces se tienen que ir, Litoral Gas los tapó de plata, estaban las pruebas sobre la mesa», criticó luego.
«Vamos a apelar hasta las últimas consecuencias, se cortó el hilo por lo más fino. El resto también era culpable», dijo el abogado de la familia.
Adrián, hermano de Débora: «Mucha gente se va a convertir en Adrián Gianángelo si seguimos así. Tenemos que revertir esta situación, cayó un perejil acá. No voy a parar hasta llegar a la última instancia para que estos responsables, que me arrebataron a mi hermanita, paguen por lo que hicieron».
«Acá tiene que estar todo el pueblo. Esto no puede ser, hay jueces corruptos y la sociedad no está acá. Acá solo está la familia Gianángelo y de las víctimas”, manifestó.
«Esta Justicia es corrupta», remarcó.
Los familiares que se encontraban fuera del Centro de Justicia Penal también expresaron su descontento por la sentencia. «Este jurado deja las puertas abiertas para que Salta vuelva a suceder. García tuvo sus errores pero es uno más. Lo vamos a acompañar lo vamos a ir a visitar a prisión, le vamos a llevar de comer. Es un chivo expiatorio de una manga de cómplices, es el maquinista de Once, es el pueblo, es el hilo que se cortó por lo más delgado. La verdad está tapada por un tribunal que no puede ver nada. Espero que el poder político intervenga. Ahora vamos por Enargas», dijo Marcela Nisoria, esposa de una de las víctimas.