Por Dra. Fiorella Tartaglione y Dr. Miguel Schiavone (*)
Considerada por muchos años como una patología exclusiva de los adultos, hoy se sabe que la hipertensión arterial (presión arterial elevada) puede comenzar en la infancia y la adolescencia, como consecuencia de una predisposición genética o bien por hábitos de vida poco saludables.
Por eso, con motivo del Día Mundial de la Hipertensión buscamos concientizar a la población sobre la importancia de realizar controles de la presión arterial desde la infancia con el objetivo de permitir el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno.
La mayoría de los estudios poblacionales en Europa y Estados Unidos reportan una prevalencia de hipertensión que oscila entre el 1% y el 5% de la población, aunque en algunas áreas geográficas alcanza hasta el 10%.
En la Argentina, un estudio (Proyecto Vela) observó que el 69% de los niños escolarizados nunca había controlado su presión arterial, a pesar de que en el país casi el 35% de la población padece hipertensión arterial (según datos recientemente publicados en la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo).
Siguiendo esta línea, un registro realizado en la ciudad de Cipolletti (Río Negro) arrojó que al 58% de los niños nunca se le había tomado la presión arterial. Otro estudio realizado en un hospital universitario de la Ciudad de Buenos Aires evidenció que solo 1 de cada 3 pediatras toma la presión arterial.
Estos datos demuestran que la medición en niños y adolescentes no está lo suficientemente incorporada al proceso de atención médica pediátrica, y no es un fenómeno exclusivo de áreas rurales.
Según un estudio reciente de la Sociedad Argentina de Pediatría, la prevalencia de hipertensión arterial en niños y adolescentes escolarizados en la Argentina fue del 7,35%, siendo más frecuente en varones que en mujeres (11,2% vs. 6,8%) y con mayor prevalencia en los adolescentes que en los niños menores de 10 años (7,4% vs. 4,3%).
Los datos sugieren que en la Argentina más de 1 de cada 20 niños y adolescentes escolarizados presenta hipertensión. A esta realidad se suma la alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular asociados, como sedentarismo, tabaquismo, obesidad y sobrepeso en la población pediátrica.
Es crucial tener en cuenta que la hipertensión arterial en niños es casi siempre asintomática, es decir que no suele producir síntomas. Si la presión arterial alta no se identifica a temprana edad, puede pasar sin diagnosticarse durante años, lo que termina por ocasionar un daño orgánico y otros problemas de salud, como cardiopatías coronarias, durante la vida adulta. Los padres pueden solicitar al pediatra que les tome la presión arterial a sus hijos para favorecer un control adecuado.
Por todo esto, desde la Fundación Cardiológica Argentina trabajamos en la promoción de hábitos saludables para cuidar la salud desde edades tempranas. Y, en esta fecha particular, creemos oportuno motivar la toma de conciencia sobre la importancia que reviste el diagnóstico de la hipertensión arterial desde la niñez y adolescencia, sobre todo por el impacto que tendrá en el futuro de nuestra población.
(*) Los autores son médicos cardiólogos de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).