Ya lo hizo dos veces y va a por una tercera, pese a que se enfrenta a las burlas de sus compañeros y algunos adultos. “¿Qué hacés en el baño de chicos si sos una nena?”, “parecés una chica” o “¿es un nene? ¿qué padres irresponsables lo dejan salir así?”, son solo algunos de los comentarios a los que se enfrenta Morgan a diario por llevar el pelo largo.
La historia de este adolescente se remonta a su llegada al mundo. Su madre, Sandrine Richard, estaba cursando su semana 27 de embarazo cuando entró en trabajo de parto de forma repentina. Después de descartar que padeciera una infección, los médicos le dijeron a la mujer que debía permanecer internada hasta que diera a luz. Finalmente, su hijo nació nueve semanas antes de tiempo por una cesárea de emergencia. El pequeño tuvo que estar dos semanas internado y solo podía compartir 15 minutos al día con su mamá. Finalmente, se recuperó. Pero Sandrine vivía con un miedo permanente a que su hijo sufriera algún problema por ser un nene prematuro. Afortunadamente, Morgan creció sano.
Para Sandrine, que le creciera el pelo a Morgan era un símbolo de su estado saludable, por eso no quería cortárselo. A los tres años lo tenía liso, rubio y brillante. Al chico también le gustaba llevarlo largo, así que lo lucía con orgullo pese a las burlas de sus compañeros y las críticas de algunos adultos. “Lo que importaba era cómo lo criaba, cómo era su corazón, su aspecto exterior era lo de menos”, expresó la mujer.
Cuando ya había crecido, a la madre se le ocurrió una idea: le preguntó a su hijo si le gustaría donar el cabello a los chicos que lo necesitaban, como a los que se les cae a causa de la quimioterapia, por ejemplo. El joven no dudó un segundo y aceptó, pero para poder hacerlo el pelo tenía que alcanzar 30 centímetros de largo.
“Un día me llamaron a la oficina del director y surgió el tema del pelo de Morgan. Le contamos por qué su cabello era tan largo dado que, en este punto, sentí que era necesario decir algo”, recordó su madre. El chico recibió el apoyo del colegio y nunca se le mencionó algún tipo de código escolar que lo impidiera lucir así, según publicó Todo Noticias.
Poco antes del día de Acción de Gracias el pelo de Morgan ya había alcanzado los centímetros requeridos, por lo que hizo su primera donación. Tras la experiencia decidió volver a hacerlo. Ahora ya está dejándolo crecer para una tercera vez.