El secretario general de la ONU, António Guterres, anunció hoy avances en las conversaciones de paz para Yemen, incluido un alto el fuego en una ciudad portuaria de vital importancia para el ingreso de suministros en un país al borde de la hambruna.
En un gesto de gran simbolismo, el canciller yemení, Khaled al Yamani, y el líder rebelde Abdelmalek Huti se dieron un apretón de manos en el séptimo y último día de conversaciones de paz auspiciadas por la ONU en Suecia.
Guterres, que llegó anoche a Suecia, anunció que el gobierno yemení y los rebeldes chiitas, conocidos como hutíes, por el apellido de su líder, habían acordado un alto el fuego en la ciudad portuaria de Al Hudeida.
Dicho puerto es de una importancia vital para el ingreso de alimentos y ayuda humanitaria extranjera en un país que atraviesa lo que la ONU ha considerado la peor crisis humanitaria del mundo, con 14 millones de personas al borde de la hambruna.
El diplomático aseguró que la ONU tendrá un «rol central» en el puerto del mar Rojo, que actualmente es controlado por los rebeldes.
Agregó que los rivales también llegaron a un «entendimiento» en torno a la ciudad de Taiz, de gran importancia estratégica por sus numerosas rutas, por la cercanía con el puerto de Moca y por su aeropuerto internacional.
La presión internacional ha ido en aumento para detener la guerra entre el gobierno yemení, apoyado por el poderoso ejército de Arabia Saudita y sus aliados sunnitas, y los hutíes, que son respaldados políticamente por Irán, la mayor potencia chiita.
Los bandos enfrentados han discutido durante una semana en la ciudad sueca de Rimbo, cerca de Estocolmo, para tratar de llegar a un entendimiento que ponga fin a más de cuatro años de una guerra en la que ya han muerto más de 10.000 personas.
Se espera una nueva ronda de conversaciones en enero, según dijo Guterres, citado por la agencia de noticias EFE.
Una fuente dentro de las conversaciones había dicho anteriormente que los mediadores seguían siendo «positivos» aunque había «desacuerdo sobre los puntos de las propuestas».
Los rebeldes controlan tanto el puerto de Al Hudeida como la capital, Sanaá, que conquistaron en septiembre de 2014.
En tanto, la coalición militar encabezada por Arabia Saudita, que inició su ofensiva en marzo de 2015, ejerce el control de las fronteras marítimas y el espacio aéreo yemení.
En sus declaraciones a la prensa, Guterres no hizo referencia a un acuerdo en el aeropuerto de Sanaá, que ha estado cerrado a vuelos internacionales desde hace casi tres años.
Además de Guterres, los ministros de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita estuvieron en Rimbo en el último día de negociaciones.
Se espera que el enviado especial de la ONU, Martin Griffiths, quien estuvo al frente de la negociación, informe los resultados al Consejo de Seguridad mañana.
Si bien las voces en contra del papel de Riad en la guerra venían sonando cada vez con más fuerza, la comunidad internacional recién emprendió una línea más dura con Arabia Saudita tras la muerte del periodista saudita Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado de su país en Estambul.
Las conversaciones en Suecia fueron las primeras reuniones entre los rebeldes y el gobierno en dos años; la última ronda de negociaciones, que tuvo lugar en Kuwait, en 2016, fracasó después de tres meses de charlas sin avances.