La denuncia por el incremento de la violencia de género y los femicidios fue la consigna principal que motivó las convocatorias en distintos países
Multitudes marcharon hoy en todo el mundo por el Día Internacional de la Mujer, pese a las restricciones impuestas por el coronavirus, y denunciaron sonoramente el creciente número de femicidios y la impunidad que suele rodearlos, y toda una serie de violencias de géneros que afectan a todas las mujeres.
Tanto en las democracias pacíficas como en los países sumidos en grandes conflictos, las mujeres salieron a la calle, aunque en mucho menor número que el año anterior, cuando la pandemia aún se encontraba en etapa incipiente.
En América Latina, miles de mujeres marcharon en el centro de Ciudad de México, una protesta que promete ser solo la punta de lanza de una de manifestaciones en todo el país, uno de los más golpeados por la violencia de género.
La marcha en la capital recorrió más de dos kilómetros y terminó en el Zócalo, la plaza frente a la sede de Gobierno, donde ayer grupos feministas intervinieron la valla de seguridad con pintadas en blanco con el nombre de cientos de víctimas de feminicidio.
Antes, una carta firmada por más de 2.500 mujeres, escritoras, artistas y dirigentes feministas había denunciado que el 97% de los feminicidios cometidos en el país quedan impunes.
En paralelo, en Argentina, una marea feminista marchó hacia el Congreso Nacional en Buenos Aires, una convocatoria que se replicó a lo largo y a lo ancho de todo el país.
En Chile, una marcha pacífica fue reprimida con granadas de gas lacrimógeno y carros hidrantes y detuvo a varias manifestantes en el centro de Santiago, según denunció por Twitter el medio independiente Piensa Prensa.
En tanto, en el resto del mundo las manifestaciones se multiplicaron, pese a la pandemia.
En Turquía, varios centenares de mujeres musulmanas de la minoría uigur protestaron cerca del consulado amurallado de China en Estambul, pidiendo el cierre de los campos de encarcelamiento masivo en la región de Xinjiang.
«La violación es un crimen contra la humanidad», rezaba un cartel, en referencia a una información de la cadena británica BBC , que denunciaba violaciones sistemáticas y esterilización forzada de mujeres en estos campos, lo cual es negado por China.
En Europa, mientras tanto, tres de las mujeres más influyentes del planeta advirtieron al Parlamento Europeo del efecto de la pandemia en sus derechos.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtieron de manera virtual que las consecuencias económicas y políticas de la pandemia agudizaron los retos a los que se enfrentan las mujeres.
En Grecia, donde los medios de comunicación se han llenado de historias relacionadas con el acoso sexual, cientos de mujeres se reunieron en la céntrica plaza Sintagma de Atenas.
En España, donde el movimiento feminista ha tomado gran fuerza en los últimos años, miles de personas recorrieron las calles de las principales ciudades y unas pocas en Madrid, donde la protesta estaba prohibida por temor a más contagios.
En Varsovia, hombres y mujeres protestaron por la prohibición casi total de los abortos tras un reciente endurecimiento de las normas en Polonia, reseñó la agencia de noticias AFP.
En paralelo, más de 2.000 personas pidieron en Ucrania una mayor protección de las mujeres y que el país ratifique el Convenio de Estambul, el último tratado internacional en la materia.
En África, el reclamo también se hizo sentir.
Cientos de mujeres marcharon en la capital de Argelia, Argel, para reclamar la derogación del código de la familia, adoptado en 1984 e inspirado en parte de la ley islámica (sharia) que, según las feministas, las convierte «en menores de por vida».
Lo mismo en Asia.
En India, un país donde las historias de violaciones grupales suelen sacudir a la sociedad, muchas mujeres se agolparon en las afueras de la capital para unir sus fuerzas a las de los agricultores que llevan meses protestando contra las controvertidas reformas del Gobierno.
Muchas no tenían tapabocas e ignoraban el distanciamiento físico, a pesar de que India tiene una de las tasas de infección y muerte más altas de Asia y es el segundo país más afectado del mundo, detrás de Estados Unidos.
En la vecina Myanmar, donde los militares asestaron un golpe de Estado el mes pasado, las mujeres estuvieron en primera línea de las protestas prodemocracia.
También hubo marchas en Pakistán, país profundamente conservador, en tanto cientos de personas, la mayoría de ellos miembros del grupo de mujeres Gabriela, protestaron en Filipinas contra el asesinato de activistas el domingo.
Aprovechando la fecha, el Comité de Seguridad de los Periodistas Afganos alertó que más de 300 mujeres periodistas han renunciado o perdido su trabajo en los últimos seis meses, mientras se intensifica la ola de asesinatos, algunos de reporteras, contra la prensa en el país.
Finalmente, Unicef utilizó este Día Internacional de la Mujer para alertar que el efecto del coronavirus en algunos países podría generar hasta 10 millones de matrimonios infantiles en esta década