Los bomberos de Río de Janeiro encontraron este sábado dos cuerpos más entre los escombros de los dos edificios irregulares que se derrumbaron hace ocho días en una favela, lo cual eleva a 22 las víctimas mortales de una tragedia por la que todavía queda una persona desaparecida.
«[Fueron encontrados] dos cuerpos masculinos infantiles, subiendo a 20 el número de óbitos en el lugar», afirmó a la AFP un portavoz de los bomberos de Río de Janeiro, que especificó que las otras dos víctimas murieron en el hospital.
«En principio, trabajamos con la hipótesis de solo un desaparecido más», añadió.
El desastre -que dejó también varios heridos, tres de los cuales siguen todavía internados- ocurrió en la mañana del viernes pasado en Muzema, un barrio con numerosas construcciones irregulares, controlado por milicias parapoliciales que dificultan la fiscalización de las autoridades.
Los dos edificios que cedieron eran contiguos y estaban construidos sobre una ladera, al pie de un cerro rocoso, junto a otros inmuebles de esta comunidad humilde de la zona oeste de Río.
Este viernes, la Justicia emitió una orden de arresto contra una persona acusada de construir los edificios y otras dos sospechosas de venderlos. Buscados por una veintena de delitos de homicidio con dolo eventual, los tres se encuentran forajidos.
Numerosos barrios pobres de la zona oeste de Río son dominados por milicias parapoliciales, que surgieron en esta área pero que hoy controlan 26 barrios de la ciudad, según un informe reciente del periódico O Globo.
Ante la ausencia del Estado y empleando la violencia, estos grupos controlan el territorio y se financian operando clandestinamente servicios como la luz, el transporte o la venta y alquiler de inmuebles.