La final en el coqueto All England Lawn Tennis de Londres se jugará desde las 10 (hora de la Argentina) y opondrá a Djokovic, tercero del ranking mundial de la ATP, contra Kyrgios (40), con televisación de la señal ESPN
El tenista serbio Novak Djokovic, seis veces campeón de Wimbledon, las tres últimas en forma consecutiva, irá en busca este domingo de su séptima corona en el Grand Slam inglés cuando enfrente en la final al australiano Nick Kyrgios, quien está por primera vez en su carrera en la definición de un «Major».
La final en el coqueto All England Lawn Tennis de Londres se jugará desde las 10 (hora de la Argentina) y opondrá a Djokovic, tercero del ranking mundial de la ATP, contra Kyrgios (40), con televisación de la señal ESPN.
Pese a las diferencias siderales entre las carreras de uno y otro, Djokovic con una colección de 20 títulos de Grand Slam, igual que el suizo Roger Federer y dos menos que el hombre récord, el español Rafael Nadal, quien acumuló 22, el historial entre ambos es de apenas dos partidos y favorece al australiano.
Kyrgios le ganó a «Nole» en sets corridos las dos veces que estuvieron frente a frente, ambas en 2017, en los cuartos de final del ATP 500 de Acapulco por 7-6 (11-9) y 7-5, y luego en los octavos de final del Masters 1000 de Indian Wells por 6-4 y 7-6 (7-3).
El balcánico, de 35 años y gran favorito, tiene varios récords para batir en Wimbledon, y se instaló en la final luego de dos semanas brillantes en las que eliminó sucesivamente al coreano Soonwoo Kwon (81), el australiano Thanasi Kokkinakis (79), al también serbio Miomir Kecmanovic (40), al neerlandés Tim Van Rijthoven (104), al italiano Jannik Sinner (13) y al británico Cameron Norrie (12).
Kyrgios, nacido en Canberra hace 27 años y ganador durante su carrera de seis títulos, ninguno de Grand Slam ni tampoco de Masters 1000, dejó en el camino al británico Paul Jubb (219), al serbio Filip Krajinovic (31), al griego Stefanos Tsitsipas (5), al estadounidense Brandon Nakashima (56), al chileno Cristian Garín (43) y sin jugar al español Rafael Nadal (4) debido a que no se presentó por una lesión abdominal.
El duelo del domingo se plantea entre un tenista como el balcánico, dueño de 87 títulos en el circuito y con 84 partidos ganados en Wimbledon, únicamente superado por el suizo Federer (105) que alzó el trofeo ocho veces, y otro como Kyrgios cuya carrera estuvo envuelta por escándalos dentro y fuera de la cancha que le costaron multas y suspensiones.
En el caso de Djokovic, la final de Wimbledon es una suerte de revancha luego de no haber podido jugar el Abierto de Australia tras haber sido deportado de Melbourne por no estar vacunado contra el coronavirus, luego perdió con Nadal en los cuartos de final de Roland Garros y aún no existen certezas sobre su presencia en el US Open.
Es que hasta el momento, en Estados Unidos existe un requisito de vacunación para ingresar en el país que «Nole» no cumple y por esa razón el tenista nacido en Belgrado hace 35 años tiene a Wimbledon como su gran desafío en 2022.
El balcánico, campeón en Wimbledon en 2011, 2014, 2015, 2018, 2019 y 2021, ostenta una marca de 27 triunfos consecutivos en el césped del All England Club londinense, desde su última derrota ante el checo Tomas Berdych en los cuartos de final de la edición de 2017.
Enfrente estará Kyrgios, quien no desea ser un mero partenaire e irá en busca de un título en una final que quizá no repita ya que su carrera se caracteriza por sus altibajos, pese a su enorme talento que es muy reconocido en el circuito.
«Soy finalista de un Grand Slam, estoy emocionado de cualquier manera», publicó el australiano Kyrgios en su cuenta de la red social Twitter.
La final de Wimbledon tendrá un hecho sin precedentes, ya que «Nole» podría ganar su cuarto título consecutivo pero así y todo caería al puesto 7 del ranking mundial, mientras que Kyrgios no avanzará posiciones, todo esto debido a la decisión histórica de no otorgar puntos este año y a su vez porque se perderán los obtenidos en 2021.
En ese sentido, la ATP y la WTA decidieron que no habrá puntos en Wimbledon debido a la decisión del Grand Slam y de otros torneos británicos de impedir la participación en los mismos de los tenistas rusos y los bielorrusos, como consecuencia de la invasión a Ucrania.