Trabajar, hacer las tareas escolares, mantenerse en contacto con los seres queridos o abstraerse de la realidad por un rato, son opciones que se pueden elegir a lo largo del día para continuar con el cumplimiento de las obligaciones
La tecnología en tiempos de aislamiento puede ser un gran aliado, según el uso que cada uno le dé a las diversas plataformas.
Trabajar, hacer las tareas escolares, mantenerse en contacto con los seres queridos o abstraerse de la realidad por un rato, son opciones que se pueden elegir a lo largo del día para continuar con el cumplimiento de las obligaciones y sobrellevar la cuarentena.
Sin embargo, ese aliado también puede convertirse en un peligro si uno no regula la utilización y, dentro del esquema familiar, como indica la psicóloga especialista en crianza y familia, Abigail Rapaport, «son los adultos los que tienen la jerarquía y el poder de administrar ese contacto con las redes».
«Son tiempos para discernir qué es un uso y qué es un abuso.
El abuso puede llegar a traer situaciones de mucha angustia, estrés y ansiedad, y generar picos de malestar. Es necesario poder dejar la tecnología y llevar a cabo un uso focalizado», detalló a NA.
En ese sentido, manifestó: «Las redes en este momento son muy importantes porque es nuestra manera de conectarnos, son buenos recursos, pero una de las cuestiones básicas es la administración del tiempo».
La especialista en niños y adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Claudia Amburgo de Rabinovich (MN 51787), señaló que «la tecnología es un gran aliado en este momento pero con regulación».
Al referirse puntualmente a los adolescentes, la médica psicoanalista afirmó que «hay algunos a los que lo virtual les facilita mucho las cosas porque tienen dificultades para conectarse presencialmente», aunque otros «extrañan mucho reunirse, hasta ir el colegio y compartir con sus compañeros».
Sobre la necesidad de poner límites al uso de la tecnología, Rapaport declaró: «Otra cosa importante para los padres es no acusar a los hijos, es una manera de debilitar nuestro rol. La culpabilización no fortalece al ejercicio de la función materna y paterna. La autoridad, además, viene del ejemplo».
«Las familias en general no están acostumbradas a dialogar, esto es un gran desafío porque ahora están juntos todo el tiempo, dividiendo los lugares y las tareas. Es conveniente establecer nuevas rutinas», remarcó Amburgo.
La vuelta a la rutina, los vínculos y las relaciones: «Todo está por verse»
Un momento singular como el que se vive en gran parte del mundo debido a la pandemia del coronavirus es probable que deje secuelas en las formas de relacionarse entre las personas y en otros aspectos que ya se tenían naturalizados, como puede ser la rutina diaria que cada uno llevaba a cabo antes del comienzo de la cuarentena.tecnolo
Consultada por NA sobre posibles cambios de cara al futuro, la psicóloga Abigail Rapaport respondió: «Espero que haya, es un deseo en positivo. Valorar el contacto va a ser todo un proceso de aprendizaje en todos los aspectos y a nivel relacional. Veníamos con un nivel de inercia enorme y esta frenada va a impactar hasta en el saludo cotidiano. Todo está por verse».
«Los gestos de cariño pueden ir tomando diferentes formas, ahora estamos con mucho apoyo a la tercera edad, a la gente que tiene menos recursos, también a los médicos. Vemos todo bajo una lupa, todo se hace más evidente de forma mucho más rápida.
Yo creo que esto es un llamado al despertar de una consciencia», añadió la especialista en crianza y familia.
Por su parte, la médica psicoanalista Claudia Amburgo de Rabinovich explicó que se verá «caso por caso» pero que habrá «duelos para elaborar».
«Una cosa es saber de qué y de quién cuidarse y otra es cuando se trata de un enemigo invisible como el coronavirus.
Quizás, a raíz de esto, algunos valoremos un poco más el sentido de la vida o apreciemos más la pulsión de vida que la pulsión de muerte. En otros, todo va a seguir igual, no se puede generalizar», sostuvo.
En cuanto a la explicación de los padres a sus hijos a medida que el aislamiento obligatorio comience a quedar en el pasado, recomendó: «Cada cambio que haya, hay que explicarlo».
«Yo creo que el impacto de la pandemia nos va a permitir ir desarrollando de a poco en nuestra rutina nuevas habilidades.
La idea es que tengamos un aprendizaje de todo lo que está pasando, me imagino que las rutinas van a ser otras. No se puede volver al pasado y es posible que tengamos nuevas preguntas en todos los formatos de aprendizaje», concluyó Rapaport.