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Una polilla llamó su atención y descubrió que era una nueva especie tras una investigación


Por Griselda Acuña – Télam-Confiar (*)

Tras descubrir unas larvas de polilla en el patio de su casa que llamaron su atención, el estudiante de Licenciatura en Genética Hernán Figueredo inició un trabajo con el apoyo del Programa de Investigación Entomología de Misiones (PrEM) y del Instituto de Entomología Miguel Lillo de Tucumán, en la que se descubrió que se trataba de una nueva especie de mariposa nocturna del género «Macaria».

Estudiante de Licenciatura en Genética, de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (FCEQyN-UNaM), Figueredo realizó un hallazgo que devino en investigación científica.

Esa curiosidad individual se convirtió en un proyecto de equipo y tuvo como corolario la presentación de un estudio con repercusiones que escalaron a nivel internacional.

Figueredo contó con el respaldo académico de la licenciada Cecilia Fernández Díaz, directora del PrEM y la investigadora Adriana Chalup, del Instituto de Entomología de Tucumán.

En el trabajo conjunto, que despega en 2017, los tres investigadores describen e ilustran una nueva especie de mariposa nocturna del género Macaria, de la que hasta se logró establecer su planta hospedera.

La investigación se desarrolló comparando la polilla hallada en la ciudad de Garupá – ubicada a unos quince kilómetros de Posadas, la capital misionera – con una decena de ejemplares que Figueredo colectó en la misma localidad. Se cotejaron también datos con especies relevadas en Brasil y en Inglaterra.

«El Instituto Lillo de Tucumán se une en este proyecto de investigación como una invitación y a través de un convenio para poder descubrir o dilucidar las especies de polillas que están en Misiones. Chalup es la única especialista en este tipo de polillas en Argentina», dijo Figueredo, de 31 años, en una entrevista con Télam-Confiar.

Según el investigador, avanzar en el estudio de polillas es clave para la biodiversidad: «Es importante reconocer las especies, cuál es su aporte, primeramente porque son especies que están estrechamente ligadas a la vegetación nativa más que nada; y por otra parte porque son excelentes polinizadores y esta especie nueva está ligada a una sola planta, cuyo nombre científico es Duranta Erecta».

En esa línea detalló que el género Macaria abarca 330 especies en el mundo. En el proceso se comparó la mariposa de Garupá con esas especies y se obtuvo el mismo resultado: no existían registros con las características de las encontradas en el municipio del sur misionero.

«Cuando lo vi en el patio de mi casa, después lo traje al laboratorio para que sigamos el ciclo de vida dentro del PrEM; lo hicimos en el laboratorio y probamos con otras plantas para ver si la polilla comía o no a otra planta hospedera, y vimos que se comía solamente la planta en la cual la conectamos. Es un trabajo todavía inédito porque para describir a la especie nos basamos en el estado inmaduro de los adultos», explicó sobre el trabajo.

Además de la experta convocada, la doctora Chalup, los investigadores recurrieron al Museo de Historia Natural Británico, donde se encuentran especímenes tipo que fueron conectados en el neotrópico (la región tropical del continente americano).

«Recurrimos a ellos para saber cuáles son las especies que están acá y que nos compartan fotografías, registros de ubicaciones valiosas para comparar con otra especie», detalla Figueredo, el primero de su familia en llegar al sistema universitario.

Tras el descubrimiento, Macaria garupa fue registrada en el ZooBank (base de datos oficial de nomenclatura zoológica mundial); su hallazgo fue publicado en la revista científica de la Fundación Miguel Lillo; y sus datos enviados al Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia», encargado en el país de incluir los datos moleculares de la nueva especie en el BOLD System, una plataforma internacional de almacenamiento y análisis de datos genéticos de biodiversidad.

Por su parte, Fernández Díaz, su directora de tesis y colega en este proyecto que lleva seis años, expuso la relevancia de este tipo de descubrimientos, sobre todo por lo que los científicos conocen como «importancia aplicada».

«El mundo de los insectos forma parte del 70% de la biodiversidad de especies, entonces no alcanzan las manos y ni las mentes que puedan, en un tiempo de vida promedio, describir todo lo que hay. El año que viene, la colección de insectos de la Facultad de Exactas cumple 40 años, pero nunca le habíamos dedicado suficiente tiempo a las polillas», dijo Fernández Díaz.

Y continuó: «Por eso, para nosotros desde el punto de vista institucional y académico científico, este hallazgo significa algo que va mucho más allá de una nueva especie, lo cual es importante de por sí, sino que se abre la puerta a la investigación de un gran mundo. Más allá de la importancia ecológica que estas especies tienen, también está la importancia aplicada».

«Tanto las abejas diurnas como las polillas nocturnas forman un capullo para envolverse y por lo general esos hilos provienen de una saliva que al tomar contacto con el aire se solidifica, pero es altamente rica en proteínas. Este tipo de sustancia, en los últimos tiempos, es muy estudiada porque se utilizan esos hilos con alto contenido proteico para cirugías complejas como las del corazón o las de cerebro», agregó.

Aunque se trata de un campo poco explorado, «es necesario seguir estudiando a estos seres; lo que estamos haciendo y proponiendo desde el programa de investigación es ir desde una ciencia básica, que es el conocimiento por la importancia ecológica a una ciencia aplicada», fundamentó la investigadora.

La idea es conocer qué recursos pueden brindar los insectos para mejorar la calidad de vida de las personas. «Algunos recursos nos pueden brindar los insectos hasta una ciencia ciudadana que nos permita que toda la sociedad se involucre en la necesidad de conocer valorar y conservar. Intentamos llevar adelante, o sea, abrir las puertas de la investigación y que no queden encerrados en una publicación técnico científica, sino que sea útil para toda la sociedad desde distintos puntos de vista», reflexionó.

 

*Esta nota es una producción de Télam-Confiar, de la Red Argentina de Periodismo Científico, una plataforma con información especializada en ciencia, salud, ambiente y tecnología (www.telam.com.ar/confiar).