El cantante y compositor, de 71 años, cantó y bailó algunos de sus éxitos ante unas 125 mil personas. Pese a la baja temperatura, inferior a los 10 grados, el artista estuvo en gran parte del recital con una remera transparente sin mangas
Carlos La Mona Jiménez, máxima referencia del cuarteto cordobés tuvo este atardecer de domingo una gran celebración pública en la zona del Obelisco porteño donde –según los organizadores- unas 125.000 personas cantaron y bailaron algunos de sus pegadizos éxitos.
El cantante y compositor, de 71 años, actuó gran parte del recital con una remera transparente sin mangas y un pantalón negro con arabescos amarillos mientras la temperatura en la Ciudad de Buenos Aires era menor a los 10 grados.
«Estoy muy emocionado. La última vez que estuve en el Obelisco fue cuando se despidió de las tablas mi querido amigo Julio Bocca y me invitó a cantar un tango hermoso. Hoy la Ciudad me invitó a cantar a mí, a llenar de cuarteto los corazones y el alma de Buenos Aires. ¡Los amo! ¡Gracias por este homenaje, querida Ciudad de Buenos Aires!», expresó el vocalista.
El espectáculo organizado para celebrar los 55 años de trayectoria de Jiménez en la música, incluye una banda de 13 instrumentistas con vestimentas rojas y negras que lo acompañan y dos enormes pantallas verticales flanqueando el escenario.
“Se fue”, “La agujita de oro”, “Laura”, “Me mata”, “Quién se ha tomado todo el vino”, “Sólo contigo” y “Beso a beso”, fueron parte del repertorio que el cordobés entonó mientras leía los carteles y banderas con las procedencias de las personas que concurrieron al espectáculo al aire libre.
“Felicidad para todos, vamos con tranquilidad para las casas. Estoy tomando agua, salud para todos”, se despidió La Mona pasadas las 19.30 y cuando ya lucía una chaqueta dorada.