Brasil superó los 65 mil fallecidos por coronavirus y la semana pasada el propio mandatario había vetado la obligatoriedad de usar tapaboca en la vía pública
Al mismo tiempo que el país supera los 1,6 millones de infectados y las 65.100 muertes por coronavirus, se conoció el decreto con el veto presidencial a la ley que establecía «la obligatoriedad del uso de máscaras de protección individual en los establecimientos penitenciarios y de cumplimiento de medidas socioeducativas», según reprodujo la agencia de noticias EFE.
La semana pasada, Bolsonaro había vetado la obligación del uso de tapabocas preventivos en comercios, iglesias y escuelas, y otro artículo que forzaba a los poderes públicos y empresas a distribuir tapabocas a la población económicamente más vulnerable y a los trabajadores.
Según el argumento del Gobierno, la obligatoriedad del uso de tapabocas en lugares cerrados y propiedades privados podría incurrir en una «posible violación de domicilio» contraria a la Constitución.
Sin embargo, la mayoría de las normas vetadas por el mandatario en relación al uso obligatorio de tapabocas estaba dedicado para espacios públicos o compartidos, no viviendas privadas.
Brasil es el segundo país del mundo con más casos y muertos por la pandemia, solo superado por Estados Unidos, que atraviesa también una curva ascendente y en donde el uso de tapabocas es un tema de polémica.
Según EFE, los datos sobre la incidencia del coronavirus en el sistema de prisiones, uno de los más poblados y hacinados del mundo, con cerca de 750.000 presos, son 5.000 casos confirmados y 70 muertes.
Los vetos de Bolsonaro ahora deben ser analizados por el Congreso, que si consigue los votos para alcanzar una mayoría especial podría anularlos.
Pero más allá de lo que suceda en el Poder Legislativo nacional, la corte suprema brasileña estableció en medio de la pandemia que los estados y municipios son los que definen las medidas de prevención sanitaria, como cuarentenas, distanciamiento social y restricciones de circulación o actividad comercial en sus jurisdicciones.
Aún más que en Estados Unidos, el uso obligatorio de los tapabocas -y en consecuencia el reconocimiento de la gravedad de la pandemia- se ha convertido en Brasil en una cuestión central de la profunda crisis política que atraviesa el país.
El mes pasado, un juez federal dictaminó que Bolsonaro tenía que usar un tapaboca siempre que estaba en público, pero un tribunal de segunda instancia anuló esa decisión tras un recurso de la Abogacía General de la Unión, que representa los intereses del Estado brasileño.