Vivir en una zona de conflicto no solo expone a las personas a sufrir heridas, mutilaciones o incluso la muerte, sino que también afecta la salud mental.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas que viven en zonas de guerra sufre de alguna enfermedad mental, como depresión, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia o estrés traumático.
Un nuevo estudio basado en un extenso análisis de 129 estudios, con datos de 39 países, demuestra que la cantidad de individuos que sufren de enfermedades mentales en territorios afectados por la guerra es significativamente mayor que las que pueda experimentar una población en tiempos de paz, cuando solo una de cada 14 personas confronta ese tipo de trastornos.
One in five people living in an area affected by conflict has a #mentalhealth condition: finding from new @WHO prevalence estimates highlighting urgent need for increased, sustained investment in mental health services in conflict settings https://t.co/VnYCCgBVlS pic.twitter.com/sPJyfzWKVE
— The Lancet (@TheLancet) June 12, 2019
Según los datos de la OMS el 22% de las personas que viven en zonas de conflicto presenta depresión, ansiedad, desorden de estrés post-traumático, desorden bipolar o esquizofrenia, mientras que el 9% tiene un problema mental de carácter moderado a severo.
Estimaciones de la ONU señalan que en el presente año unos 132 millones de personas de 42 países necesitarán asistencia humanitaria como resultado de conflictos bélicos u otros desastres.
De ellas, casi 69 millones se han visto desplazadas de manera forzada por diversas formas de violencia y conflicto. En naciones como Siria, Irak, Afganistán, Yemen, Nigeria y Somalia, hay crisis humanitarias provocadas por la guerra.