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Un tiroteo en una clínica de EEUU dejó varios heridos, según medios locales


El presunto tirador fue identificado como Gregory Paul Ulrich, de 67 años, anunció el alguacil del condado de Wright, Sean Deringer, en conferencia de prensa

Un hombre abrió fuego hoy en una clínica de salud del estado de Minnesota, en el norte de Estados Unidos, donde al menos cinco personas resultaron gravemente heridas, y media hora después el centro fue objeto de una explosión, informaron medios locales.

El tiroteo se produjo poco antes de las 11 (las 13 en la Argentina) en la clínica Allina, de la ciudad de Buffalo, y la policía ya arrestó a un sospechoso.

El presunto tirador fue identificado como Gregory Paul Ulrich, de 67 años, anunció el alguacil del condado de Wright, Sean Deringer, en conferencia de prensa.

Deringer agregó que Ulrich era bien conocido por las autoridades antes del ataque: “Hemos tenido varias llamadas de servicio que datan de 2003”, comunicó.

En tanto, el jefe de policía, Pat Budke, informó el ataque no parecía ser un caso de terrorismo interno, aunque no dio más detalles.

Si bien el reporte oficial estableció que hasta ese momento eran cinco las víctimas del incidente, el medio digital Fox News advirtió que una fuente policial había asegurado que eran nueve.

Una mujer con tres heridas de bala fue llevada en helicóptero al hospital North Memorial Health en la ciudad de Robbinsdale, donde también fueron transportadas otras dos, mientras dos lesionados más fueron llevados al hospital Buffalo, según el diario digital StarTribune.

La situación en la clínica Allina se agravó cuando unos 30 minutos después del tiroteo las instalaciones fueron sacudidas por una explosión, lo que obligó al personal médico de emergencia a trasladarse.

«Acabó de explotar una bomba en la clínica», contó un operador de emergencia en un audio al que tuvo acceso StarTribune, y agregó: «Están evacuando el estacionamiento de la clínica, así que vamos a regresar al área de cuidado infantil en el que estábamos cuando ocurrió».

La fuente también expresó que existía una «alta sospecha» de amenaza de bomba dirigida a un hotel familiar cercano a la clínica, Super 8, ubicado a 1,5 kilómetros aproximadamente, pero no se precisó su relación con el tiroteo.

Según el gobernador Tim Walz «algunos artefactos explosivos improvisados» fueron parte del ataque, aunque no dijo si alguno fue detonado.

Agentes del FBI y de las oficinas de Detención Criminal y de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego se dirigieron a la clínica, y el alcalde de la ciudad de Minneapolis, Jacob Frey, anunció el envío de socorristas para colaborar con las autoridades.

«Hay una depravación indescriptible en hacer daño a aquellos que trabajan para curarnos», dijo Frey, citado por el diario StarTribune, «aquellos que han dado un paso adelante y han arriesgado su propia salud por la nuestra».

Hasta el momento no se informó sobre los autores del ataque ni las causas para realizarlo.