Tras el crimen de Retiro protagonizado por un adolescente de 15 años, CLG salió a la calle y dialogó con los rosarinos sobre la inseguridad que atraviesa a la ciudad y el país
En los últimas días la noticia de que un chico de 15 años asesinó de un balazo a una hombre para robarle la bicicleta en Capital Federal sacudió al país y volvió a poner sobre el foco una problemática que parece no tener fin en Argentina: la inseguridad.
En este marco, CLG salió a la calle a dialogar con los rosarinos sobre este caso puntual y sobre las políticas que toman los distintos gobiernos para combatir la inseguridad.
«Está muy difícil todo. Es muy triste la realidad que se está viviendo. Me parece que todo cambió para peor, está todo muy inseguro. Si seguimos así, puede ser cada vez peor. Estoy muy afligido por lo que está pasando. Me parece que estamos con cada vez más pánico», contestó un joven.
«La Justicia es lenta y no hay seguridad. Comprendo que no va a haber un policía en cada esquina, pero la policía sabe donde están los ladrones», aseguró uno de los hombres encuestados.
Además, una mujer expresó: «Es un desastre la inseguridad hoy en día y son cada vez más jóvenes los chicos. Entran y salen, hay impunidad, ya no les importa nada. Hoy si no tienen tecnología no pueden hacer nada».
Por otro lado, un hombre dejó una extensa consideración sobre la raíz del problema: «Hasta que no se reduzca la desigualdad social que tenemos en Argentina no va a haber modo de combatir la inseguridad, porque la desigualdad social es la madre de todas las desgracias. En la mayoría de las barriadas se vive en una gran marginalidad, donde los intendentes sólo se preocupan por el centro como en Rosario».
«Hay que trabajar más en la contención barrial con los punteros políticos, con las organizaciones sociales, con la iglesia de base, y crear fuentes laborales. No creo que nadie elija ser delincuente porque le gusta, a un delincuente cuando lo agarran en el centro le rompen las costillas a patadas», agregó.
«Los gobiernos tienen que trabajar más en la seguridad. En primer lugar pedir a Dios que haga la obra y que la gente se pueda unir», consideró otra mujer.
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